Incidentes recientes reavivan la preocupación en Madrid
El trágico incendio en un garaje de Alcorcón que costó la vida a dos bomberos ha desatado un intenso debate sobre la seguridad de los coches eléctricos en aparcamientos subterráneos. El pasado 5 de abril, un vehículo –presuntamente eléctrico– colisionó en el interior de un parking, provocando un fuego alimentado por su batería de litio. Las llamas, combinadas con el combustible de otros coches cercanos, desencadenaron explosiones que acabaron con la vida de los bomberos que acudieron a sofocar el incendio. Este suceso, sumado a otros incendios recientes en Madrid, ha disparado las alarmas sobre los riesgos que pueden implicar estos vehículos en espacios cerrados.
Las investigaciones aún analizan las causas exactas, pero las primeras hipótesis apuntan a una deflagración de la batería tras el impacto del coche contra la estructura del garaje. Este tipo de incidentes ha encendido la discusión sobre si deben establecerse limitaciones al estacionamiento de coches eléctricos en garajes convencionales.
Primeras prohibiciones en parkings de la Comunidad de Madrid
Aunque no existe aún una normativa oficial que prohíba el estacionamiento de coches eléctricos en aparcamientos públicos, ya se han comenzado a tomar medidas a título privado en la Comunidad de Madrid. Un ejemplo concreto se encuentra en un céntrico aparcamiento de siete plantas en la calle Relatores, en el distrito Centro, que ha decidido vetar el acceso a vehículos 100% eléctricos. La medida se justifica en base al riesgo que suponen las baterías de gran capacidad en estos modelos.
La decisión no fue provocada directamente por el incendio de Alcorcón, ya que fue adoptada previamente tras otro incidente en febrero en un garaje de Moncloa. Desde entonces, cada día conductores de vehículos eléctricos son informados de la restricción al llegar al aparcamiento. La medida, aunque legal, ha generado polémica entre los usuarios afectados, que consideran que se les discrimina sin una base técnica sólida.
A nivel institucional, el Ayuntamiento de Madrid no ha implementado restricciones oficiales, pero sí ha iniciado una revisión de la ordenanza de prevención de incendios para incluir protocolos específicos en caso de incendios con baterías de litio. Esta actualización contempla adaptar la intervención de los servicios de emergencia a la complejidad que conllevan estos incendios.
Reacciones institucionales y debate público
La aplicación de estas restricciones ha abierto un debate entre conductores, empresas gestoras de parkings y responsables de seguridad. Muchos propietarios de vehículos eléctricos sienten que este tipo de medidas son injustificadas y contrarias al impulso de una movilidad sostenible.
Por su parte, expertos en prevención de incendios y asociaciones profesionales han pedido una revisión en profundidad de las condiciones de seguridad de los aparcamientos. Se destaca la necesidad de contar con una ventilación adecuada, protocolos de actuación específicos y personal capacitado para intervenir ante incendios complejos como los que pueden originar las baterías de litio.
Aunque no se ha observado un aumento drástico de incendios provocados por vehículos eléctricos, los bomberos advierten que estos fuegos presentan características diferentes y son más difíciles de extinguir que los originados por vehículos de combustión. La duración de las llamas, el riesgo de reactivación del fuego y la liberación de gases tóxicos en espacios cerrados como sótanos o garajes suponen una amenaza real para la integridad del edificio y la vida de las personas.
Por qué arden las baterías: riesgos de los coches eléctricos
Los incendios en coches eléctricos suelen deberse a fallos en las baterías de litio, que pueden entrar en fuga térmica. Esta situación ocurre cuando un sobrecalentamiento, impacto o defecto interno desencadena una reacción en cadena en las celdas de la batería. Esta liberación descontrolada de energía puede generar temperaturas extremas y una alta concentración de gases inflamables, lo que alimenta un fuego muy difícil de contener.
Una vez iniciado, un incendio en un vehículo eléctrico requiere más agua, equipos específicos y tiempo de intervención. Incluso sumergir el vehículo no garantiza la extinción inmediata. Algunas baterías pueden volver a arder horas o días después si no se enfrían correctamente.
Por este motivo, los servicios de bomberos están empezando a utilizar nuevos métodos, como mantas térmicas especiales y sistemas de confinamiento que aíslan el vehículo incendiado del entorno para evitar la propagación del fuego.
El panorama internacional: cómo actúan otras ciudades
En otras partes del mundo, el problema ya ha sido abordado con medidas más contundentes. En varios países asiáticos, como China y Vietnam, se han prohibido expresamente los coches eléctricos en garajes subterráneos tras incendios mortales. Corea del Sur ha optado por una restricción menos severa: no permite aparcar en garajes si la batería está cargada por encima del 90%.
Además, algunas ciudades están adaptando sus infraestructuras con medidas de seguridad específicas para plazas reservadas a vehículos eléctricos. Esto incluye sensores térmicos, sistemas de detección de humo, separación entre vehículos y vigilancia constante.
En Europa aún no existen normativas generalizadas de este tipo, pero tras los últimos incendios y víctimas mortales, el debate ha comenzado a escalar en intensidad.
Hacia un equilibrio entre seguridad y movilidad sostenible
Los incidentes en Madrid han vuelto a poner de manifiesto un reto importante: cómo garantizar la seguridad sin frenar el desarrollo de la movilidad eléctrica. Prohibiciones parciales como la del parking en el centro de Madrid podrían extenderse si no se abordan con rapidez los riesgos asociados a las baterías de litio.
A medio plazo, será clave revisar las normativas de seguridad contra incendios, adaptar los aparcamientos públicos y privados, y dotar a los cuerpos de bomberos de los equipos y conocimientos necesarios para hacer frente a este nuevo tipo de emergencia. Solo así se podrá garantizar un desarrollo sostenible, seguro y responsable del vehículo eléctrico en nuestras ciudades.