Jesús López Terradas, uno de los tres relojeros encargados de su mantenimiento, explicó que esta intervención es necesaria debido al desgaste natural de sus máquinas, que han operado sin descanso día y noche. "Como cualquier otra máquina, cuando vemos que lo necesita, realizamos las reparaciones oportunas. Lo sorprendente es la durabilidad de esta máquina, que ha trabajado sin parar durante tres décadas", destacó el relojero.
El proceso de restauración ha comenzado con el desmontaje del sistema de las horas, que fue llevado al taller para su limpieza, engrase y corrección de desgastes. Tras esta fase, el siguiente paso será intervenir el mecanismo que marca los cuartos y, finalmente, trabajar sobre el sistema de movimiento de las agujas. "Cuando se desmonte este último sistema, las agujas dejarán de moverse temporalmente", indicó López Terradas.
Se estima que las agujas del reloj de la Puerta del Sol se detendrán la próxima semana por un periodo aproximado de siete días. Sin embargo, el proceso de restauración completa podría extenderse hasta un mes. "Hemos diseñado el trabajo de tal forma que las agujas sigan funcionando el mayor tiempo posible, aunque en estos momentos no está sonando la señal horaria", añadió el relojero.
El reloj de la Puerta del Sol, instalado en 1866, es uno de los símbolos más emblemáticos de Madrid. La actual restauración busca garantizar su funcionamiento para las próximas décadas, preservando un legado histórico que ha marcado el paso del tiempo en la capital española durante más de 150 años.