El Hospital Universitario 12 de Octubre, en colaboración con otros tres centros públicos de la Comunidad de Madrid, está desarrollando un ensayo clínico pionero en adolescentes con cáncer.
Un enfoque innovador en el tratamiento del cáncer adolescente
El ensayo, en el que participan 121 jóvenes de entre 12 y 19 años, no solo cuenta con la participación del 12 de Octubre, sino también con la del Hospital Infantil Niño Jesús, La Paz y Gregorio Marañón. Su propósito es evaluar si la actividad física puede convertirse en una herramienta terapéutica clave en la lucha contra el cáncer, modulando el sistema inmunológico y ayudando a reducir los efectos adversos de la quimioterapia y la radioterapia.
Beneficios del ejercicio durante el tratamiento
El impacto negativo de los tratamientos tradicionales, como la cardiotoxicidad, la atrofia muscular y el sedentarismo, es una preocupación constante en estos pacientes. Para combatirlo, el estudio incorpora un programa de ejercicio que combina entrenamientos aeróbicos y de fuerza tres veces por semana. Estos se realizan en gimnasios intrahospitalarios o, en algunos casos, en la propia habitación del paciente durante periodos de aislamiento.
Las variables analizadas incluyen la función cardiaca, presión arterial, perfil lipídico, tolerancia al tratamiento, duración de la hospitalización, niveles de inflamación y la respuesta del sistema inmunitario. También se estudia la composición corporal, fuerza muscular y calidad de vida de los participantes.
Una investigación respaldada por entidades líderes
El ensayo cuenta con el apoyo financiero del World Cancer Research Fund, el Instituto de Salud Carlos III y la Fundación Aladina. Los investigadores principales pertenecen al Grupo de Investigación en Actividad Física y Salud y al Área de Enfermedades Raras y de Base Genética del Instituto de Investigación del Hospital Universitario 12 de Octubre (i+12).
Un paso clave para la oncología pediátrica
El cáncer en la adolescencia sigue siendo una enfermedad rara y, a menudo, pasa desapercibido frente a los tratamientos dirigidos a niños o adultos. Sin embargo, gracias a avances como este ensayo, se abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas que podrían marcar la diferencia en la vida de miles de jóvenes.
Este estudio no solo busca mejorar la supervivencia, que ya alcanza el 85% a cinco años, sino también optimizar la calidad de vida de los pacientes durante y después del tratamiento. De confirmarse los beneficios del ejercicio físico en el proceso oncológico, esta práctica podría integrarse en los protocolos de tratamiento estándar, ofreciendo una nueva esperanza para los adolescentes con cáncer.