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Francisco Salazar renuncia a su cargo en el PSOE tras acusaciones de acoso a trabajadoras

El dirigente socialista, propuesto como adjunto a la Secretaría de Organización, solicita su apartamiento y la apertura de diligencias tras las denuncias públicas

Paco Salazar | Foto: PSOE
photo_camera Paco Salazar | Foto: PSOE

El Comité Federal del PSOE ha comenzado este sábado con una crisis interna inesperada: Francisco Salazar, quien iba a ser nombrado como adjunto a la Secretaría de Organización, ha solicitado su renuncia al cargo y su apartamiento inmediato de funciones tras la publicación de informaciones sobre presuntos comportamientos inadecuados hacia mujeres trabajadoras del partido, según ha confirmado el propio PSOE en un comunicado.

El escándalo estalló tras la publicación de un reportaje de elDiario.es, en el que se recogen testimonios de trabajadoras que acusan a Salazar de actitudes reiteradas de acoso, como invitar de forma insistente a subordinadas a quedarse más tarde en la oficina, salir a cenar o incluso pasar la noche en su domicilio. Una de las denunciantes relata: “Me decía que si se nos hacía tarde, podíamos quedarnos a dormir en su casa. No dejaba rastro escrito, pero el mensaje era evidente”.

Ante la gravedad de las acusaciones, Salazar solicitó la apertura de diligencias previas de información, que el PSOE ha aceptado iniciar de forma inmediata, si bien el partido subraya que no constan denuncias formales en los canales internos habilitados. A pesar de ello, el procedimiento se activará para esclarecer los hechos.

Salazar, que también forma parte del equipo de trabajo del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en La Moncloa, era una de las figuras clave en la renovación de la dirección socialista tras la salida de Santos Cerdán, implicado en un caso de presunta corrupción. Su caída complica aún más el clima político interno del partido.

Las reacciones no se han hecho esperar. La ministra de Ciencia, Diana Morant, y el secretario general del PSOE en Cantabria, Pedro Casares, han sugerido que el partido debe actuar con responsabilidad ante estas acusaciones. En cambio, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha defendido públicamente a Salazar, calificándolo de “compañero íntegro” con el que ha trabajado en diferentes etapas.

Desde la oposición, los mensajes han sido contundentes. La próxima portavoz parlamentaria del PP, Ester Muñoz, calificó el caso de “vergüenza”, mientras que el líder popular, Alberto Núñez Feijóo, declaró que “los hechos se comentan por sí solos”.

En paralelo, el Comité Federal, convocado para renovar la cúpula del PSOE, llega marcado por una sombra de escándalos. Al caso de Salazar se suma la reciente destitución de Santos Cerdán, y la anterior de José Luis Ábalos, ambos señalados en presuntas tramas de corrupción. Este nuevo golpe llega en un momento de extrema sensibilidad para Pedro Sánchez, que buscaba cerrar filas y pasar página de las crisis internas con una renovación profunda de la estructura orgánica del partido.

Además, la jornada ha estado cargada de tensión política. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha criticado abiertamente a la dirección federal al afirmar que “si no ofrece salidas, forma parte del problema”. Su llegada a Ferraz fue recibida con abucheos y descalificaciones por parte de militantes, que lo tildaron de “traidor” y “facha”.

Con este nuevo caso de presunto acoso laboral, el PSOE se enfrenta a un reto mayúsculo de credibilidad justo cuando pretende reforzar su compromiso con el feminismo y aplicar una línea de tolerancia cero contra la violencia machista y el uso de servicios de prostitución, que ahora se tipificará como causa de expulsión en su Código Ético.

El caso de Francisco Salazar no solo compromete la renovación interna del PSOE, sino que pone a prueba la coherencia y contundencia de sus principios éticos frente a situaciones que afectan directamente a la seguridad y dignidad de las mujeres en el ámbito laboral. El desenlace de las diligencias marcará un punto de inflexión para la dirección socialista en un contexto de alta exigencia pública.