Pedro Sánchez ha asumido este sábado su responsabilidad política por los escándalos de corrupción que afectan al PSOE, en especial por los casos vinculados a José Luis Ábalos y Santos Cerdán, y ha pedido perdón por confiar en quienes "no lo merecían". El líder socialista lo ha hecho durante su intervención en el Comité Federal del partido, celebrado en la sede de Ferraz, en plena tormenta interna y a solo días de que nuevas informaciones salpicasen a Francisco Salazar, ya apartado de sus funciones.
"Fui yo quien confió en ellos y quien no supo descubrir qué había detrás", reconoció Sánchez en un gesto inédito de asunción de culpa directa por la falta de control sobre sus excolaboradores, implicados en investigaciones judiciales por supuesta corrupción en el marco del caso Koldo o caso Delorme.
Pese a la presión de voces internas como la del presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page —que ha llegado a pedir una cuestión de confianza o elecciones anticipadas—, Sánchez ha descartado dimitir, ha reafirmado su liderazgo y ha anunciado un paquete de 13 medidas internas contra la corrupción, además de prometer reformas legislativas que detallará el próximo 9 de julio en el Congreso.
“El capitán no abandona el barco”
En un discurso cargado de autocrítica, Sánchez ha manifestado que "la decepción es grande", pero también ha reafirmado su compromiso con la regeneración del PSOE. "Yo soy consciente de mi deber como secretario general y como presidente del Gobierno. El capitán no se desentiende cuando viene mala mar, se queda a capear el temporal, a salvar el rumbo y a ganar el puerto", proclamó, en una intervención que buscó reconectar con la militancia tras semanas de escándalos.
"No somos como los corruptos"
Sánchez ha recalcado que "no somos como los corruptos que han manchado nuestras siglas" y ha querido dejar claro que el PSOE "colabora con la justicia y actúa", frente a otros partidos que "miran hacia otro lado". Aseguró que en su partido hay "gente honrada que jamás metería la mano en la caja".
Frente al deterioro de la imagen del partido, el presidente socialista anunció reformas internas de calado: actualización del portal de transparencia, refuerzo de la comisión de ética y garantías, blindaje del anonimato para denunciantes, obligación de informar sobre irregularidades y un nuevo protocolo antifraude, inspirado en el modelo del PSC.
Compromiso con el feminismo y el abolicionismo
Sánchez también dedicó parte de su intervención a condenar los comentarios machistas y las alusiones a prostitución contenidas en las grabaciones filtradas de Koldo García y José Luis Ábalos, en el marco de la investigación del caso. En respuesta, propuso reformar el Código Ético del PSOE para que el uso de servicios de prostitución implique expulsión inmediata del partido, como muestra de un “firme compromiso con el abolicionismo y la dignidad de las mujeres”.
“Pienso en nuestras compañeras, en las feministas del partido, discriminadas tras escuchar palabras infames que no nos representan”, expresó el líder socialista, apelando al núcleo duro de su base militante.
Defensa de su gestión y llamada a resistir
Más allá de la crisis interna, Sánchez defendió la gestión del Gobierno, destacando indicadores económicos, el crecimiento del empleo y la proyección internacional de España. “Hasta Trump nos dice que lo estamos haciendo bien”, ironizó.
Concluyó su discurso apelando a la unidad y al esfuerzo colectivo: “La regeneración democrática ha sido y sigue siendo nuestra prioridad. Pese a los errores, hemos avanzado. La resistencia siempre es buena y mirar hacia delante es imprescindible”.
El Comité Federal se cierra con la renovación parcial de la Ejecutiva del PSOE y con la promesa de nuevas reformas para garantizar el buen gobierno interno. Sin embargo, las tensiones siguen latentes y la base militante sigue dividida entre la lealtad a Sánchez y la exigencia de mayor responsabilidad política. La batalla por la regeneración apenas ha comenzado.