El Congreso de los Diputados tramita una reforma del reglamento para restringir el acceso a la Cámara baja a periodistas que incurran en comportamientos considerados "perturbadores" para el trabajo informativo y parlamentario. La medida ha sido impulsada por nueve grupos parlamentarios (PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG, Coalición Canaria y Podemos) y tiene como objetivo combatir actuaciones que, según denuncias de profesionales de la prensa acreditada, obstaculizan el libre ejercicio del periodismo.
En el centro de esta controversia se encuentra el periodista Vito Quiles, colaborador del medio EDATV y vinculado al entorno de Alvise Pérez. Quiles ha sido objeto de críticas por parte de colegas y de diputados, quienes le acusan de actuar más como un "agitador" que como un informador, con prácticas como el seguimiento insistente a políticos, la difusión de bulos y un tono provocador o acusatorio en sus intervenciones.
¿Qué contempla la reforma del reglamento?
La reforma afecta al artículo 98 del Reglamento del Congreso y establece un régimen sancionador para los periodistas acreditados, con la creación de un Consejo Consultivo de Comunicación Parlamentaria. Este órgano, formado por representantes parlamentarios y profesionales del periodismo, podrá determinar si una conducta constituye una infracción leve, grave o muy grave, y sancionar en consecuencia con:
- Suspensión de acreditación (10 días hasta 3 meses) por faltas graves.
- Pérdida de la acreditación hasta por 5 años o de forma definitiva en casos muy graves.
Entre las conductas sancionables se incluyen:
- Grabar sin autorización.
- Interrumpir ruedas de prensa.
- Faltar al respeto o insultar a otros periodistas o diputados.
- Publicar imágenes obtenidas de forma irregular.
Vito Quiles: “Me van a echar por hacer mi trabajo”
Ante esta situación, Vito Quiles ha respondido públicamente denunciando una maniobra política para expulsarlo del Congreso por hacer preguntas incómodas al Gobierno. En un vídeo difundido en redes sociales, Quiles sostiene que está siendo vetado por cuestionar a líderes políticos sobre casos de corrupción, agresiones sexuales o la utilización de dinero público.
“Me van a expulsar de mi trabajo por hacer mi trabajo”, declara Quiles. “¿Qué tipo de periodismo quieren entonces en el Parlamento?”, añade, acusando al Ejecutivo de querer silenciar la crítica y rodearse solo de medios afines.
El periodista denuncia que esta reforma representa un ataque a la libertad de prensa y convierte a España en un país donde “solo se permite el periodismo que no molesta al poder”.
¿Está en juego la libertad de prensa?
El debate ha generado profundas divisiones entre los defensores de la reforma y quienes la consideran un ataque a la libertad informativa. Mientras que los impulsores aseguran que se trata de poner orden y proteger el ejercicio profesional del periodismo, sectores críticos denuncian que puede ser un mecanismo para expulsar a voces incómodas.
Diversas asociaciones de prensa han expresado su preocupación sobre el riesgo de arbitrariedad en la interpretación de lo que constituye una falta grave, especialmente si se deja en manos de un órgano político.
La clave estará en cómo se implementa esta normativa y qué garantías jurídicas ofrece a los periodistas afectados. Para algunos, como Quiles, el cambio es una censura encubierta; para otros, una necesidad para preservar la profesionalidad dentro del Congreso.
Contexto: firmas y polarización
La tensión ha escalado tras una campaña de recogida de firmas impulsada por la plataforma Acción Contra el Odio, presidida por el exmagistrado José Antonio Martín Pallín, que ya ha recabado más de 26.000 apoyos para pedir la retirada de la acreditación a Quiles. La propuesta ha tenido eco dentro del Congreso, donde algunos periodistas parlamentarios también han reclamado límites a las prácticas que consideran intimidatorias o contrarias a la ética profesional.
Por ahora, PP y Vox han rechazado sumarse a la reforma, defendiendo el derecho de cualquier periodista acreditado a ejercer su labor, sin restricciones ideológicas.
¿Un antes y un después en el periodismo parlamentario?
La reforma podría marcar un punto de inflexión en la relación entre medios y Parlamento. ¿Regular la actividad periodística garantiza un mejor entorno informativo o abre la puerta a la censura selectiva? El caso de Vito Quiles pone en el centro este debate, que afecta tanto a la pluralidad informativa como a los límites éticos del oficio periodístico en espacios institucionales.