La Montaña Mágica

¿Quién le teme a Gustavo Petro?

El 19 de junio de 2022, Gustavo Petro Urrego obtuvo la Presidencia de la República de Colombia con la envidiable cifra de 11.2 millones de votos. 

Por primera vez, en el siglo XXI, la gente votó por un candidato progresista, después de Alfonso López Pumarejo y Carlos Lleras Restrepo, quienes durante sus mandatos, hicieron importantes reformas laborales, agrarias, educativas, y constitucionales. 

A pesar de esta contundente victoria, la derecha colombiana viene haciendo una oposición feroz contra el gobierno de Petro, utilizando los medios y las redes sociales para crear fake news, que en muchas ocasiones, rayan con la calumnia y la injuria. 

Es tanto el odio de los corruptos contra el presidente que si se rompe un tubo de agua o si hay un derrumbe en la carretera, la culpa es de Petro. 

Ni en los gobiernos más oscuros que ha tenido el país ha habido una oposición ciega y tozuda, como la que vemos hoy en día. 

Durante el gobierno de Julio César Turbay Ayala, donde se gobernó con el inefable Estatuto de Seguridad, y cayeron miles de dirigentes obreros y estudiantes, no hubo una oposición tan cerril. Cuando se le preguntó a Turbay Ayala por la corrupción que había en el país, dijo que ésta había que ajustarla a sus “justas proporciones”. 

Cuando el gobierno de César Gaviria dejó sin luz eléctrica al país, y con su voz chillona (“Bienvenidos al futuro”) entregó a Colombia a unos tratados económicos y comerciales internacionales desiguales que afectaron la economía nacional -TLC-, nadie dijo nada. 

Cuando durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez murieron 6204 jóvenes que los engañaban, luego los asesinaban, y después los vestían como si fueran guerrilleros para recibir prebendas, se hizo mutis por el foro. 

¿Por qué, ahora, que surge un gobierno reformista, la extrema derecha y los corruptos ligados al narcotráfico, quieren acabar con el gobierno de Petro? 

Colombia es uno de los países más desiguales del mundo. El gobierno lo que quiere es reducir la brecha social entre ricos y pobres. 

Petro heredó del pasado una caja de pandora que al abrirla, saltaron las ratas del Congreso. Saltaron los dueños de las EPS (organizaciones de salud), que viven del capital del estado (capital parasitario) prestando un pésimo servicio al ciudadano. Salieron algunas revistas y noticieros nacionales, que sin ninguna ética, cada noche atacan al presidente, y en vez de luchar por la unidad del país, propician el odio y la polarización.

Los llamados de los energúmenos que gritan en los estadios, “fuera Petro”, y las agresiones verbales contra su familia, son hechas por los políticos corruptos ligados a la mafia, que quieren que nada cambie y todo siga igual. 

Gustavo Petro fue elegido democráticamente por una mayoría, y desde que llegó a la Casa de Nariño, ha gobernado ajustado al Estado de Derecho.

Para que un país salga adelante se necesita la unión de las diferentes fuerzas sociales y políticas de la nación. La historia del país nos indica que Colombia nunca se ha gobernado solo. Se necesita un Acuerdo Nacional que nos permita defender el Estado Social de Derecho, y profundizar la democracia. 

La empresa privada, los organismos del estado, los partidos políticos, y las fuerzas armadas, que todavía creen en el Estado de Derecho, deben rodear al presidente en su lucha por acabar con la pobreza, alcanzar la paz, y el bienestar de los colombianos.

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