Sencillamente irresistibles

Mortadelo, Filemón y Trump

Sucedió en Madrid un cálido y suave 12 de octubre del 2.006, cuando un tal José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general a la sazón del PSOE, presidente del gobierno de España y por ende, representante del pueblo español, para demostrar su valentía y su desacuerdo con lo que la Bandera de los Estados Unidos de América significa, y demostrando su falta total de respeto, empatía y diplomacia, se quedó sentado a su paso en el desfile de celebración de la Hispanidad.

Simultáneamente en Nueva York comenzaron a caer, asustados, espesos copos de nieve.

Y la estupidez de este ser le ocasionó a nuestro país, a favor de Marruecos, la pérdida de un montón de millones en contratos, traducidos posteriormente al pago de más impuestos por los contribuyentes.

Y aquel acto miserable, ridículo y gratuito de la “sentadilla” presidencial, dejó una huella más o menos imborrable en un país tan grande, poderoso, importante y respetuoso con sus símbolos como los EEUU.

¿De aquellos barros estos lodos?, parece que ahora lo del fango, aunque ya pasado de moda política, o de rosca, con un Cerdán en la cárcel y cada vez más y más imputados y corruptos del Sanchismo en la palestra, escupe, y parece también que desde que Trump ha enviado sus potentes fuerzas en forma de marines, destructores, grupos anfibios, submarinos y etc., a Venezuela, para “acabar con Maduro y su régimen”, Zapatero, su amigo, el principal defensor del régimen chavista en Europa, ha enmudecido por completo, por si acaso. 

Está silencioso, y posiblemente ya no haya vuelto a sentarse, permanece con un pie detrás del otro para emprender la carrera de la huida, porque Trump también le tiene entre sus espesas ceja y ceja. 

Hay quien dice que ese valiente se encuentra escondido en alguna de sus carísimas propiedades adquiridas no se sabe con qué patrimonio, o sea, como en la canción, “de dónde saca pa tanto como destaca”, porque en su vida únicamente ha trabajado en política, y ahí lo dejo, pero tiene un chalet en Puerta de Hierro, una villa en Lanzarote, un piso en León y una super residencia en Caracas de 400 metros, que también aprovecha para llevar a cabo negocios de momento desconocidos, y poco visibles por oscuros.

Y como guinda del postre, al parecer y según el Pollo Carvajal (jefe de la inteligencia militar durante el chavismo), también cuenta con la explotación de una mina de oro

ZP el de la ceja, el del talante, el “resucitador del guerracivilismo en España”, el que susurra aún mayores maldades a Sánchez, debe tener más miedo que vergüenza, porque vergüenza, muy poca.

Su tándem es perfecto, los dos son según ellos mismos, más rojos que la sangre, y a ambos se les da genial lo de mentir y lo de exhumar, Pedro desentierra, y José Luis, aplaude asegurando que ese acto deplorable “hace más perfecta la democracia en España”  

Es decir, que interrumpir el sueño eterno de alguien que murió en su cama porque cuando estaba vivo nadie se atrevió ni a rechistar a su persona, Franco sin ir más lejos, es un acto heroico que hará que Pedro pase a la historia, también por valiente y bragado.

Si, forman un dúo a lo Mortadelo y Filemón. Son artífices de la democracia perfecta, Zapatero a quien se le cazó a micrófono abierto cuando se pensaba cerrado, diciendo “nos conviene que haya tensión y este fin de semana voy a dramatizar un poco”, se disfraza de nube y Sánchez mira al cielo acostado en una hamaca esperando el “Pero no me acuerdo, no me acuerdo y si no me acuerdo no pasó” de Thalía, cantado por los españoles en referencia al volcán, al apagón, a la Dana, al Covid, a los incendios, y al “si quieren ayuda, que la pidan”.

Pero Trump tiene memoria de elefante y sí se acuerda de todo.

Y como el gato de angora gordo pelirrojo y peludo, se relame frotándose las patas y los bigotes, mientras espera con deleite y sin vacilaciones para comerse al ratón.