La mirada de Ulisas

La maldad nunca pierde su rostro

LA MIRADA DE ULISAS ve cómo hasta el último momento el gobierno de Irán y sus ayatolas, bajo un régimen de terror, quiso hacerle daño a la población civil de Israel. Se ensañaron en crear destrucción antes de cumplir con el cese de fuego, negociado por los Estados Unidos, Israel e Irán. Este último país perdió esta guerra bautizada “La Guerra de los 12 Días” pero, se despidió con patas de ahogado al atacar edificios habitados por personas inocentes, ajenas al conflicto y sin armas. Representan los progenitores, hijos, familiares o amigos de los soldados, que fueron a combatir por mantener la civilización de Occidente en pie con sus valores de libertad de expresión, el derecho a la mujer de ser y de obrar, a los homosexuales de vivir sin censura y a los disidentes de poder manifestar su forma de pensar sin ser torturados o conducidos al paredón. Prácticas del Medioevo que son llevadas a cabo como estandartes en los territorios manejados por los terroristas bajo regímenes de horror. Israel es un abanderado de los adelantos de la Humanidad, que anhela vivir en paz con valores sólidos donde el hermano, el vecino y el prójimo tengan cabida sin el temor a ser decapitados. Un progreso adquirido gracias a las conquistas logradas y que el mundo moderno no puede capitular ni someterse a otros mandatos que contradigan los éxitos alcanzados, ciertamente con batallas libradas con sudor y sangre esparcida durante siglos de luchas libradas.

Pero, lo que le salta a la vista a la mirada de Ulisas es la hipocresía con la que se rigen los políticos. Y el atisbo de Ulisas que lee y se informa en permanencia se basa en un texto que el periodista y brillante hombre de opinión, Natalio Steiner, nos entrega: el artículo escrito por Pedro Banchik. Hombre que analiza en profundidad la situación: “Qatar financió con sumas millonarias las actividades terroristas fundamentalistas de cualquier organización islámica contra Israel durante años, se alió con Irán para recibir a los máximos líderes del terrorismo mundial en sus más lujosos hoteles, especialmente a los cabecillas de Hamás, la mayoría de los cuales fueron eliminados por Israel desde el 7 de octubre”. El comentarista Pedro Banchik no deja de poner en relieve la hipocresía con la que se dirigen los destinos del mundo. Denuncia, que mientras Qatar defiende los intereses de los enemigos de Israel, al mismo tiempo, mantiene un acuerdo con la gran potencia mundial para acceder a que en su territorio exista una base militar americana, que le permite una fuerte presencia defensiva en un lugar estratégico del Medio Oriente. Curiosamente, Qatar, que debería ser neutro ya que trabaja en ambos frentes, declarados enemigos, de manera paradójica se presenta como un mediador entre Israel y sus enemigos, que se hallan en siete frentes, con la anuencia de Egipto, que sabemos que de cierto modo desconoció los acuerdos de paz con Israel al dejar entrar armas por la frontera con Gaza. Qatar y Egipto se prestan para negociar la vida y el canje de los secuestrados de ese fatídico 7 de octubre 2023 en la frontera entre Gaza e Israel. Con razón en el artículo se emplea un decir común que representa esta actitud, “es como dar misa y tocar la campana al mismo tiempo”. Muestra a Qatar con un afán de protagonismo desmedido, bajo el ejercicio de una política errada al encarar dos posiciones contrarias de la manera como lo hace. Una estrategia que conlleva a que Qatar sufra las consecuencias de tan descaminada posición al ver cruzar por sus aires misiles de un gobierno considerado cófrade. El punto de llegada de esas armas mortíferas, disparadas por Irán, penetra el espacio aéreo de Qatar, poniendo en peligro a su población y su infraestructura, al ser dirigidas para dañar la base norteamericana autorizada por Qatar en su patio. Con su equívoca forma de darle el visto bueno a Irán y a la vez defender a los Estados Unidos, se observa una actitud incomprensible para aquellos que anhelan rectitud en los manejos de cualquier situación.  ¿Será que se recibe el merecido cuando no se es claro en la conducción de políticas que se contradicen en su esencia? Gran pregunta que queda rondando en la pupila dilatada de Ulisas. Advierte con cuánto disfraz se manipulan los intereses y la verdad.

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