Prisma Internacional

Irán, noqueada

El reciente ataque israelí a Irán ha vuelto a poner sobre la mesa la debilidad del régimen islámico iraní, que no ha sido siquiera capaz de responder sobre el terreno al ataque de su mayor enemigo en Oriente Medio, y su soledad en la escena internacional, ya que ninguna de las grandes potencias y vecinos amigos, como Turquía, han movido un dedo para ayudar a Teherán más allá de la cascada retórica habitual (e inútil) para condenar a la “entidad sionista”.

Israel ha atacado varios centros militares, bases e instalaciones supuestamente relacionadas con el proyecto nuclear persa justamente en el momento en que el régimen iraní y los Estados Unidos mantenían unas complejas y trascendentales conversaciones para poner fin al mismo, aunque parece que las mismas tienen sus horas contadas. Sin embargo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, considera que Irán tiene muy avanzado el programa y que está construyendo unos miles de misiles -se habla de 20.000- para atacar al Estado hebreo, algunos de los cuales ya han caído sobre objetivos israelíes en estos días y han causado algunas víctimas.

Más allá del alcance real que pueda haber tenido el ataque, sobre el que todavía no tenemos elementos fehacientes cualitativos para juzgar su alcance, el mismo ha tenido un efecto simbólico de una gran peso, pues en el mismo han sido asesinados el jefe de las Fuerzas Armadas de Irán y el jefe del verdadero escudo del régimen, la Guardia Revolucionaria, el general Hossein Salami. Aparte de haber sido eliminados ambos junto con un número indeterminado de sus colaboradores, el hecho de que Israel sea capaz de golpear con precisión, conocimiento de los lugares y certeza los objetivos militares, incluido Teherán, revela que Israel cuenta con agentes de inteligencia capaces del suministrarles datos vitales en territorio iraní. 

Este ataque, además, ocurre en un momento de gran debilidad del régimen iraní en la escena regional, tal como detalla muy oportunamente el analista internacional Lluis Bassets en el diario El País:”La debilidad de Irán es extrema. Por efecto de la acción militar israelí, ha dejado de existir el llamado “eje de la resistencia”, que Irán dirigía como última trinchera armada contra Israel frente a la apertura diplomática al mundo árabe y musulmán. Hamás está diezmada y pugna por su supervivencia política, ya no militar, bajo las ruinas de Gaza. Hezbolá ha perdido la centralidad política en el Líbano, tras el descabezamiento de su cúpula y la derrota a manos de Israel. Los hutíes de Yemen, a pesar de la paz firmada con Washington, son castigados por Israel sin capacidad de respuesta”.

A este cuadro tan adverso para Teherán, hay que añadirle la caída del régimen de Bashar al-Asad en Siria, uno de los pocos aliados de Irán en la escena regional, y el escaso interés de Rusia en la región tras su estrepitoso fracaso en su apoyo a los sirios en la guerra civil. Además, mientras Rusia siga enfrascada en la guerra de ucrania, donde a pesar de haber puesto todos sus recursos al servicio de la misma se ha visto enfrentada con una inesperada resistencia ucraniana que dura ya más de tres años, Moscú no tomará acciones determinantes en Oriente Medio, aunque Putin ha ofrecido su mediación entre Irán e Israel a Trump, 

Israel ha anunciado que ha causado severos daños a Irán, concretamente a su programa nuclear, pero esta respuesta lleva consigo también una paradoja, pues ahora los elementos más radicales del régimen de Teherán argumentarán que si hubieran tenido el armamento nuclear listo hubieran podido contestar a los sionistas adecuadamente y darles su merecido. Los halcones iraníes, por tanto, ganan fuerza y seguramente impulsarán la continuación del programa nuclear, precisamente lo que Netanyahu pretendía paralizar. Por lo pronto, y como fruto de ese estado de cosas, los iraníes se retirarán de las negociaciones con los Estados Unidos y el diálogo queda cancelado sine die. Trump ya ha amenazado que si Irán no sigue negociando podría recibir “ataques brutales” por parte de Israel, elevando el tono contra este país e instando a seguir con unas negociaciones para buscar el acuerdo que él mismo rompió durante su mandato unilateralmente. Atentos, los ataques de Israel continuarán en los próximos días y la tensión aumenta en la región.