Ayer, día 20 de mayo. se celebró el homenaje que la histórica Asociación de Escritores y Artistas Españoles (AEAE) ha querido dedicar a su presidente durante las dos últimas décadas: Juan Van-Halen, ante todo un gran periodista, historiador y poeta, pero también Senador y el presidente que inauguró la actual sede de la Asamblea de Madrid en Vallecas.
“Este acto es un regalo de amistad”, expresó un emocionado Van-Halen en la sede de la Asociación Económica Matritense de Amigos del País en la que se celebró su homenaje, en una sala llena hasta rebosar de personalidades de la política madrileña como el Alcalde de Madrid José Luis Martínez Almeida, el actual presidente de la Asamblea Enrique Ossorio, la alcaldesa de Aranjuez Mª José Martínez de la Fuente; y aún más de escritores, artistas y compañeros de profesión de la talla de Luis María Anson.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, inauguró el acto destacando que un homenaje a Van-Halen tenía que tener necesariamente un marco de excepción como la Torre de los Lujanes, el edificio más antiguo de la ciudad de Madrid. A continuación, se descubrió un retrato de Van-Halen realizado por José Sánchez Carralero, quien relató su experiencia como “más que pintar, hablamos”.
El periodista José María Anson hizo un emotivo discurso, destacando la experiencia que más le ha unido a Van-Halen: hacer periodismo. Y no solo hacer periodismo, sino “hacer la guerra”, que en el argot periodístico es cubrir episodios bélicos como corresponsales. Juan Van-Halen lo fue en Vietnam y Pakistán, y de aquellas experiencias no sólo surgieron crónicas periodísticas, sino también poemas. Anson recordó el “Cuaderno de Asia“ de Van-Halen, pero también le definió como un poeta que mira hacia el futuro y un hombre del periodismo digital.
Juan Van-Halen no se ha conformado con situarse en la media en ninguna de las múltiples dedicaciones a las que se ha entregado en su vida. Lo ha hecho siempre en cuerpo y alma, con pasión y con espíritu de afrontar los retos que fueran llegando, en analogía con la biografía de su famoso antepasado, el oficial aventurero biografiado por Baroja. Como periodista, eligió lo más peligroso: ejercer como corresponsal de guerra en Vietnam, Oriente medio y Pakistán Como historiador lo más difícil: intentar reivindicar lo positivo que se produjo en España bajo el reinado de uno de los monarcas peor valorados de nuestra Historia: el “rey felón” Fernando VII, que a pesar de ello fue también el primer monarca español en firmar y acatar -aunque fuera solo a ratos- una constitución democrática. Incluso en su faceta política, aunque él no se define como hombre político sino como escritor, Juan Van-Halen afrontó la difícil tarea de tener un ideario político y compartir amistad con personas a los que no consideró nunca enemigos, sino adversarios.
Como poeta, Van-Halen también escogió la métrica más compleja: el Soneto. Publicó su primer libro de poemas, Lejana palabra, en un temprano 1963, al que han seguido más de una treintena de obras, entre las que destacan Posesión de tu nombre, La frontera, Corcel del sueño, Laberinto de arena, Quien conmigo va, Los mapas interiores, Cuaderno de Asia, Manual de Asombros y varias antologías como Sonetos del tiempo y desamor. Su biografía está plagada de reconocimientos como los Premios Francisco de Quevedo, Rabindranath Tagore, Fray Luís de León, Tiflos, Rafael Alberti o Paul Bekett.
Además de afrontar retos, es ejemplar su capacidad para integrar sus distintas pasiones: el periodismo con la literatura, o la política con la cultura. Van-Halen ha sabido construir un puente entre estos mundos, subrayando la importancia de todos ellos en el camino hacia una sociedad mejor.
Aunque algunos hoy pretendan alejar la cultura de la política o el periodismo de la realidad, la biografía de Van-Halen demuestra que no debe ser así.
Él mismo ha escrito que “El periodismo ha cambiado mucho. Todo ha cambiado mucho. A veces miro alrededor y en el mundo me siento extraño. Los ciudadanos desconfían de los políticos; y la política, que circula como la sangre por el sistema venoso de los partidos, se aleja de los intelectuales”.
Cerró el acto, el actual presidente de la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio, desvelando su complicidad en temas históricos con Van-Halen y expresando su admiración por el hombre que estrenó la actual sede de la Asamblea, a la que confirió su impronta, dotándola de obras como la Ciudad Inacabada, el mural de Lucio Muñoz que preside el salón de plenos o las palomas de Alberti, posadas en su sede.
Finalmente, Juan Van-Halen, visiblemente emocionado, agradeció a los presentes sus palabras y el cariño recibido y, con humildad y sabiduría, manifestó su deseo de seguir contribuyendo con su pluma a expresar su visión de la realidad.
Van-Halen recordó que las dos cosas que más han cambiado en estos tiempos han sido las dos opciones que elegí en mi vida: el periodismo y la política.
Éste es Juan Van-Halen. Un hombre que reivindica el periodismo en libertad, la independencia y calidad en la cultura, y la humanidad en la política. Pero ante todo, como ha dejado patente el cálido tributo que ha recibido de sus compañeros intelectuales y artistas, un buen hombre y un buen amigo.
Hoy ya no se premia como se hacía antes a los escritores y a los poetas, pero el lucro del poeta sigue siendo la gloria. Éste es el premio de Juan Van-Halen, a quien tenemos que agradecer también su paso por la política, entendida como servicio a la sociedad… Y disfrutar con él muchos años de su cariño y amistad.
