Sobre dogmas y consignas

Homenaje a una figura fuera de lo común: Juan Van-Halen

Ayer, en el hermoso salón de actos de la Sociedad de Estudios Matritenses, tuvo lugar un acto más que merecido; el reconocimiento a un ser humano que escapa a toda definición: Juan Van-Halen. En él intervinieron personalidades de primera fila de varios estamentos culturales y sociales que hicieron semblanzas concienzudas, y siempre tocadas por la admiración, sobre el personaje y su poliédrica figura. Si es frecuente afirmar –y es cierto en muchos casos- que hay una profunda dicotomía entre el autor y su obra, en este caso no se cumple, porque ambas facetas coinciden en la excelencia del homenajeado. Y esto que acabo de afirmar no es solo fruto de la gran admiración y amistad que me une a él desde hace mucho tiempo, sino de una reflexión que viene desde que le conocí.

Son muy variadas las facetas que sé de él y en todas ha sido un caballero y una figura poco frecuente por su trayectoria, inteligencia y equilibrio. Por su demostrada capacidad de diálogo y comprensión. Poeta grande, publicó su primer libro a los 19 años y desde entonces ha sido un escritor que no ha necesitado unirse a tendencias ni grupos para ser un autor reconocido en varios países. Por cierto, que en esa catedral de la poesía, el soneto, es, junto con el gran García Nieto, el que ha escrito los más bellos y perfectos sonetos de los últimos tiempos. No descubro con esto nada nuevo, pues así es reconocido en el mundo literario.

Su carrera como periodista comenzó como corresponsal de guerra, viviendo durante muchos años su espantosa crueldad en 14 países. Sin embargo, su quehacer no se quedó en la crónica para los periódicos. Aunque parezca imposible, de sus vivencias ante el dolor y la crueldad, nacen libros de poemas llenos de humanidad, maestría, inspiración y una denuncia que se adelantan muchas veces a su tiempo. Con ello y con sus entrevistas a personajes de relevancia internacional, incluidos presidentes de gobierno que en algún caso luego seguirán en contacto con él, conoce de primera mano situaciones, personalidad y sentimientos de sus entrevistados con una discreción total aun siendo consciente de que, si hiciera caso omiso de ella, sus artículos alcanzarían repercusión internacional. 

Sin abandono de su actividad periodística y creadora y de otras en distintos cargos, entre otros muchos, el de Presidente de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, entra en política y su larga actividad en este espinoso terreno está marcada por la honestidad y la inteligencia, siendo el senador que más tiempo ha ejercido su trabajo como tal. Una vez le pregunté asombrada cómo era posible que nunca hubiera sido rechazada una ponencia o una enmienda presentada por él. Me respondió que sólo era cuestión de trabajar y no creerse en posesión de la verdad absoluta. En vez de confiarlo todo a la sesión, se reunía con anterioridad con cada uno de los representantes de los demás partidos y debatía con ellos los pros y los contras de su propuesta. Como es fácil imaginar, esto suponía muchas horas de trabajo y respeto al resto de sus compañeros. Quería ser oído, pero sobre todo “oír al otro” para encontrar lo más adecuado. Qué gran ejemplo y qué poco seguido en la política y en otros muchos planos de la sociedad.

Por todo ello y por su generosidad, amor al trabajo y comprensión con escritores noveles o no, su falta de partidismos, su mano siempre extendida a quien necesita su consejo o ayuda, se ha ganado el reconocimiento y el respeto de quienes le conocemos.

Siempre me he sentido agradecida a él por su amistad. Siempre me ha asombrado que un ser humano tan excepcional quisiera ser mi amigo. Por mi parte, siempre le he profesado respeto, un gran cariño, amistad y una enorme admiración.

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