La mirada del centinela

Érase una vez Tezanos…

El CIS de Tezanos es como un cuento de hadas, como el realismo mágico de la literatura hispanoamericana, como el espejito a quien consulta la malvada reina de Blancanieves. Tezanos es un druida al servicio del partido, un hechicero manejado por Sánchez, un botarate que presenta encuestas falsas sin ningún rubor, con objeto de satisfacer las necesidades del sanchismo. 

Bajo el criterio de Tezanos, la sociedad española idolatra a Sánchez. Tras un sinnúmero de fechorías políticas, morales y sociales, el presidente del Gobierno es cada día más valorado por los ciudadanos del país. Así, tras el apagón del pasado lunes día 28 de abril, los sesudos análisis del CIS de Tezanos aseguran que el PSOE amplía la ventaja hasta 7,3 puntos sobre la oposición. A más apagones, más ventaja. Es probable que, de producirse un nuevo apagón, las encuestas de Tezanos hablen de una mayoría absoluta del partido socialista. 

El Centro de Investigaciones Sociológicas entiende que cuanto peor va España mejor va su majestad; esto es, Pedro Vanidad Sánchez. La sombra mesiánica del sanchismo corrompe todos los organismos públicos, inocula un chip que suspende el buen juicio y supedita voluntades a la obediencia debida al líder. En el caso de Tezanos, su servidumbre está fuera de toda duda, es un lacayo fiel, uno de esos hombres de paja tan útiles en los regímenes totalitarios. 

Tezanos, cuyo salario bruto anual ronda los cien mil euros, está para salvaguardar la mala gestión del Gobierno. Sus encuestas provocan hilaridad y temor al mismo tiempo. Aunque, en honor a la verdad, la sociedad española está adormecida. Quizá, en su fuero interno, siente la cólera del desamparo; pero, como Aquiles, esa ira le aparta de la batalla, de la lucha contra el enemigo. Porque, lo queramos o no, el sanchismo y sus socios son enemigos de España. 

Cabe suponer que a Tezanos le encantan los cuentos, aquello de construir el relato conveniente. Sus encuestas así lo confirman. El apagón le ha sentado bien al partido socialista, le refuerza. Tezanos transforma calamidades en éxitos. Por eso digo que le gustarán los cuentos, infantiles claro. Porque su equipo de analistas nos trata como a ingenuos infantes, incapaces de discernir el bien del mal. Tezanos nos lleva al reino de la fantasía con sus encuestas, crea estadísticas rayanas en la estulticia, y, lo que es peor, lo permitimos. Las barrabasadas del Gobierno ya no causan respuesta social. Somos marionetas, la arquitectura maniquea socialista anula conciencias. Al menos, para la mitad de la población del país. 

A la espera de un nuevo desastre nacional, Tezanos ya está diseñando encuestas donde Sánchez amplíe aún más la ventaja sobre la oposición. Pedro, en la intimidad, llama a Tezanos espejito. Y Tezanos le miente a sabiendas de que ambos transigen con las mentiras. Porque, sin mentiras, no son nadie. Y José Félix le cuenta un cuento a Pedro antes de dormir. Uno, en el que él mismo es protagonista: érase una vez Tezanos…

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