La causa esencial de comportamientos como el de “la caza al pijo” es la falta de unos valores claros, de unos principios elementales de respeto a las normas y a las personas, y una tolerancia y permisividad total a conductas, que deberían ser eliminadas con una cirugía selectiva, pero contundente. El problema es que, cuando se presta atención técnica y se estudian, este tipo de actuaciones guardan una correlación directamente proporcional a la incomunicación familiar y la “ausencia” de los roles paternos, ausencia real o virtual. Los padres del agresor “están a por uvas”, como se dice coloquialmente. Esos padres ¡no tienen tiempo para perderlo en estos menesteres!, están muy ocupados, a veces trabajando y produciendo, para que sus hijos adolescentes tengan de todo; de todo, menos valores cívicos. Lo que también se ha constatado es que este tipo de agresiones en la fase precoz de la adolescencia dejan secuelas en la víctima del tipo de estrés postraumático (inseguridad, pesadillas de los hechos ocurridos, aislamiento social, fobias, problemas académicos, baja autoestima, etc). Por otro lado, es importante saber que los padres de los agredidos a veces cometen errores de bulto, y culpabilizan a la propia víctima con frases como: ¡Ya te dije yo que no salieras!, ¡es peligroso ir por la calle a según qué horas! Cuando lo que deberían de hacer es proteger, ayudar y, por supuesto, no culpabilizar en ningún caso al adolescente que ha sido agredido. El acoso, las agresiones y la violencia gratuita entre adolescentes van en aumento y no es de extrañar. En una sociedad donde todo vale, donde apenas hay principios morales, donde los que hay se cambian, si interesa, por otros que nos gusten más, o como diría Groucho Marx, “estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”. También estamos en una sociedad donde el fin sí justifica descaradamente los medios, donde la mentira forma parte del juego diario y donde se presenta con normalidad y con justificación, donde una mal entendida tolerancia permite que solo lo “políticamente correcto” tenga cabida... Una sociedad así es una sociedad en camino de extinción, con esos mimbres no se pueden hacer buenos cestos... FIN.
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