A Volapié

Se confirma que Argentina está en la buena senda

A lo largo del año he escrito acerca de la situación económica de la Argentina bajo el mandato de Milei. Tras haber recibido una herencia catastrófica por parte del socialismo kirchnerista, el nuevo presidente tomó medidas drásticas de corte muy liberal para tratar de limitar el hundimiento de la economía. 

Entre estas medidas tenemos el drástico recorte del gasto público con el objeto de generar un superávit primario, una fortísima desregulación, el fin de los controles de precios, el saneamiento del banco central, el cese de la monetización del déficit público, la liberalización de la economía, etc.

Hasta la fecha los resultados de las reformas han sido muy favorables como lo atestigua el desplome de la hiperinflación, el superávit primario recurrente, el brutal descenso de la prima de riesgo y por lo tanto de los tipos de interés, la recuperación de la inversión y de la demanda de créditos tanto en pesos como en dólares, la fuerte apreciación del peso, la recuperación de la confianza de los consumidores e inversores, el aumento de la producción de hidrocarburos, etc...

Sin embargo, como es lógico, ninguna cirugía severa puede hacerse sin dolor. Los ajustes del gasto público han generado una contracción del PIB, contracción que hay que señalar que ya venía produciéndose a lo largo de 2023 cuando gobernaba el peronismo kirchnerista. Los dos primeros trimestres de 2024 han visto la actividad económica reducirse, lo cual es inevitable cuando se recorta el gasto público más de diez puntos porcentuales del PIB.

Milei heredó de manos de los progresistas peronistas una economía con un 40% de pobres y un 10% de indigentes. Pues bien, lógicamente los ajustes y recortes han aumentado en unos 10 pp el número de pobres, datos a junio de 2024. Es curioso ver cómo sólo ahora que no mandan ellos los progresistas se preocupan por la pobreza.

La buena noticia es que las reformas de Milei ya están dando sus frutos incluso en aquellas áreas donde inicialmente se iban a producir daños. En el tercer trimestre de 2024 Argentina ha salido de la recesión y ha generado un crecimiento del 3,9%, lo que compensa la caída acumulada desde el 1 de enero de 2024. Esto es un logro notabilísimo teniendo en cuenta la magnitud de los recortes del gasto público. En base anual, esto es un crecimiento del 15%, aunque no se puede asegurar que este va a ser el ritmo de expansión de la economía en 2025. Dicho esto, JP Morgan estima un crecimiento del PIB del 8% en 2025, lo que es un muy buen dato. 

Este notable crecimiento del PIB en el 3º trimestre de 2024 es consecuencia del 12% de aumento de la formación bruta de capital fijo. Por su parte el consumo privado se ha expandido un 4,6%, lo que es un magnífico dato. Esto quiere decir que la fortísima caída de la inflación combinada con una mayor inversión y la recuperación del acceso al crédito están permitiendo a los argentinos tener ganancias netas de renta y por lo tanto aumentar su consumo. 

El sector exterior también se está dinamizando gracias a estas mejoras y a la desregulación y liberalización. Las tan necesarias importaciones en una economía atrasada como la de Argentina han crecido un 9,1%, mientras que las exportaciones lo han hecho a una tasa del 3,2%.

Por lo tanto, ya no podemos criticar el plan de Milei por generar una contracción de la economía. Al 30 de septiembre ya se ha recuperado todo lo perdido durante los 6 primeros meses del año y se espera un elevado crecimiento para el 2025, siendo conservadores probablemente entre el 5% y el 8%. Esto tendrá un impacto muy positivo en las rentas reales de los ciudadanos y en el empleo, lo que reducirá el número de pobres de forma significativa, cosa que ya está sucediendo desde el 30 de junio de 2024, aunque conviene esperar a tener el cierre del año para poder datos precisos y definitivos. 

En conclusión, el proyecto liberal argentino sigue dando notables frutos y pone las bases para un crecimiento sano y robusto a corto y medio plazo que servirá para seguir reduciendo la inflación y la pobreza a niveles inferiores a los del socialismo peronista, además de mejorar las rentas reales de la mayoría de los argentinos.

Como vemos, otro mundo es posible, con menos estado, más mercado e iniciativa privada y en consecuencia menos inflación y un mayor nivel de vida. Las evidencias de las que disponemos nos permiten afirmar que las probabilidades de éxito de Milei han aumentado notablemente. ¡Y esto en solo 9 meses de gobierno!.

Darle la vuelta a un país en ruina absoluta en menos de un año es un hito asombroso, aunque conviene esperar a que tengamos los datos de cierre del 2024 para celebrarlo. La confianza será absoluta si la recuperación iniciada en 2024 se mantiene y acelera en 2025 y 2026.

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