El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha reconocido que el PSOE atraviesa “uno de los momentos más delicados” de su historia reciente, al hilo de las revelaciones sobre Leire Díez, militante socialista señalada por presuntamente intentar desprestigiar a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, así como por los casos judiciales que rodean al partido, como el denominado ‘caso Ábalos’ o las ramificaciones del caso Koldo.
En una entrevista publicada este domingo por La Razón, García-Page ha reclamado explicaciones urgentes: “Hay que aclarar la situación y explicarla, algo que aún no se ha hecho”, subraya. Considera que abrir expediente a Díez no es suficiente, y advierte de que la falta de reacción institucional alimenta la sospecha y la incertidumbre.
El dirigente manchego no ha ocultado su inquietud ante la posibilidad de que sigan aflorando mensajes o pruebas con presunto sesgo delictivo, e insiste en que “lo que queda por conocer puede ser aún más preocupante”.
Críticas internas y malestar por la gestión de la crisis
Page también se ha mostrado crítico con la permanencia en su cargo del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, actualmente imputado, al considerar que debería apartarse temporalmente para preservar la credibilidad de la institución.
En cuanto al impacto político de estos escándalos, alerta de que el margen de maniobra del Ejecutivo central “es cada vez menor”, incluso para convocar elecciones: “¿Cómo hacerlo cuando sabes que los 55 días de precampaña van a estar plagados de vídeos, mensajes o acusaciones?”, se pregunta.
Además, Page lamenta que figuras como Carles Puigdemont estén condicionando la legislatura. Cree que, una vez aprobada la ley de amnistía por el Tribunal Constitucional, el expresidente catalán se desentenderá del Gobierno. “Es un chantaje permanente”, sostiene.
La polémica de la "bomba lapa" y la escalada del enfrentamiento político
Este nuevo terremoto político ha coincidido con la difusión de un bulo, inicialmente amplificado por miembros del Gobierno, sobre una supuesta amenaza de bomba lapa contra el presidente Sánchez. La información fue luego desmentida: el ex agente de la UCO temía que la bomba fuera contra él mismo, no contra el presidente.
Sin embargo, el Gobierno no ha rectificado públicamente, algo que ha indignado a la oposición. Desde el PP, el alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida ha exigido la dimisión de todo el Ejecutivo, mientras que el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, ha acusado al Gobierno de practicar el "bulismo institucional". "Son el Gobierno del bulo, la mentira y el insulto a la inteligencia de los ciudadanos", ha afirmado.
Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha pedido una moción de censura y ha comparado al Ejecutivo con una “bomba lapa contra el Estado de derecho y las libertades”.
En este contexto de máxima tensión política y judicial, el PSOE afronta una crisis de credibilidad sin precedentes. Las voces críticas internas, como la de García-Page, reclaman un cambio de rumbo inmediato, mientras el calendario electoral europeo añade aún más presión sobre un Gobierno al que la oposición acusa de estar atrapado en una espiral de escándalos y desinformación.