Crónicas de nuestro tiempo

Antes muerto que verdugo

Jesús Peral
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Sabemos que España es líder mundial en trasplantes de órganos. Sabemos que cada vez es mayor el éxito de la cirugía en esta materia cuyo proceso resulta complejo, trascendental y esperanzador, como también sabemos que algunas veces es necesario esperar meses y años para la donación de un órgano.

Durante el 2023 se han realizado, cinco mil ochocientos veintitrés trasplantes, con dos mil trescientos cuarenta y seis donantes, lo que supone un triunfo que coloca a España en el primer puesto del ranking mundial, siendo como sigue:

España, con una tasa de 48,9 donantes por millón de población, es seguido por EE.UU., registrando un 44,5 donantes p.m.p.; Francia 25,8; Italia 25; Canadá 21,4; Reino Unido 20,4; Alemania 10,4. La Unión Europea en su conjunto mantiene 20,9 donantes por millón de población ¡Todo un éxito!

Actualmente es posible trasplantar cualquier órgano excepto el cerebro. Hoy día, no es posible realizar trasplantes de cerebro, ni se cree que vaya a poder hacerse de aquí a unos cuantos años, si bien es cierto, que experiencia, sabiduría, conocimiento, ciencia, y tecnología, conforman una unidad conciliadora de trabajo que poco a poco en los últimos 50 años ha colonizado lo que hasta mediados del siglo XX parecía imposible de alcanzar en tampoco tiempo.

Ahora, la ciencia se plantea una solución, una duda, un dilema, y lo peor o mejor que podría ocurrirnos "El trasplante cerebral".

Si llegase, los españoles, venezolanos, colombianos, bolivarianos, ecuatorianos, peruanos, panameños, nicaragüenses, rusos, coreanos.., y otros muchos países, podríamos sufrir la amenaza de un individuo que habiendo sido bueno, inteligente y humano, se le podría trasplantar el cerebro descerebrado de algún político sobrado de maldad.

Imaginemos, que una o diversas jóvenes, estudiantes o trabajadoras, nacidas en el seno de familias normales que han disfrutado del amor de sus padres; han leído a Gongora y otros escritores de los que se empieza el libro con expectación y se termina con encanto, haya disfrutado de sus hermanos, amigos y familiares (.!.) pero qué, como consecuencia de un accidente o enfermedad pudiesen requerir del trasplante de un cerebro; que por discreción del Órgano nacional de trasplantes (ONT), no tuviesen conocimiento del donante y por infortunio fuese uno de los cerebros de:

Margarita Robles; Yolanda Diaz; Nadia Calviño; Maria Jesus Montero; Iréne Montero; Pilar Alegría; Ana Berrinches; Begoña Gomez; Monica Garcia; Teresa Ribera; Marlaska o Albares (.!.) El desenlace, transformación y resultado podría ser un fracaso para la ciencia, de tal magnitud, que además del escándalo y el daño transgresor, cabría suponer la prohibición, ilegalidad y enjuiciamiento de todos los cirujanos incluido el de la maleta frigorífica y el ayudante.

En la ciencia no todo vale. No se pueden utilizar los avances científicos para  degenerar la conciencia neurológica, y lo que es peor, la sociedad, creando  peligrosisimos individuos que luego ponen huevos, engendran, se reproducen y adoctrinan incultos.., a partir del estado patológico de una persona, a la que con tal de recuperarla de sus depresiones, se podría crear un endemoniado psicópata defensor de delincuentes y criminales, cuyas consecuencias pueden llegar a ser de ruina, hambre y desolación de países enteros.

La ciencia no puede permitir que un día, ¡Siendo posible! se puedan reutilizar a sabiendas de lo que hay dentro; los cerebros de Pedro Sánchez, Bolaños, Oscar Puente, Paxi Lopez, Santos Cerdán, Golpe Pumpido, Víctor Torres, Urtasun, Luis Planas, Escrivá, Rufian, García-Page, Zapatero, Garzón, Pablo Iglesias, Juan Lobato, Puigdemont y cualquiera de los llamados "Progresistas" defensores del comunismo, terroristas, malhechores, degenerados, okupas, prófugos, violadores y dictadores.

Solo imaginar, los pensamientos, recuerdos, deseos y experiencias que puedan reencarnarse con malvada irracionalidad como nuevo cerebro de una persona normal e inocente que contaba anécdotas sanas, y se altere su conducta hasta convertirla en esa nueva especie que tanto daño ha hecho y hará.., nos arrastra a suplicar a todas las altas instancias internacionales, que cuando los trasplantes de cerebro sean una realidad, se cree un banco de datos donde personajes como los citados -que pasarán a la historia como destructores sociales- sean rigurosamente proscritos como donantes y generosamente premiados económicamente como receptores, para que nunca más tengan que trabajar; como también proscribir a todos los violadores, terroristas, políticos, defensores de la memoria democrática y drogadictos, además del padre y la madre de todos ellos, incluidos los abuelos que sin duda sirvieron al dictador aunque lo nieguen.