LA MIRADA DE ULISAS sabe de sobra que los milagros existen. Se dan de diferentes tamaños y magnitudes. Las personas ajustadas a cierta espiritualidad al proponer su camino de vida con el manejo de una energía más armónica y con un atisbo de entrega a los demás, (sin por ello ser obligatoriamente religiosos o pertenecer a religión alguna, sino simplemente han forjado una existencia menos materialista al conocer y poner en práctica las leyes universales que nos rigen), sostienen que el mero hecho de ya amanecer con el aliento renovado resulta un milagro. Cada mañana cuando despertamos respirando es el milagro de la misma vida que nos da una nueva oportunidad de ser, de obrar y de agradecer. Concepto que comparto porque la existencia en sí resulta sorprendente y nunca sabemos con antelación cuándo y cómo habremos de cumplir la imperativa cita con la parca. A menos de cometer un acto suicida, que tampoco garantiza al 100% su efectividad. Muchos casos fallidos se han registrado. Mi mirada lo sabe de sobra, pero el caso no es hablar de la muerte en sí, sino de los milagros que suceden a diario que son menos efectistas que lo sucedido el día del ataque de Irán a Israel aquel fatídico 13 de abril con "un mortal juego artificial" de luces y sonido por los aires. En Colombia se dice de abril: el mes de las aguas mil, y yo añadiría: abril de este año el de las "lágrimas mil", debido a tantas guerras y violencia en nuestro hermoso e irrespetado planeta. Sin embargo, un científico asegura que fue un prodigio haber podido neutralizar tanto armamento pesado de últimas generaciones lanzado sobre territorio israelí, sin obviar mencionar la ayuda de ciertos aliados que se sumaron a la operación rescate de Israel, pero aún así nos asegura en un artículo ya bien difundido que quiso divulgar debido a la importancia de su contenido. Y lo que me cayó bajo la vista fue este texto que comparto para resaltar que los milagros suceden. Voy a traer primero a colación el trabajo de un director de orquesta para tratar de ilustrar la idea de lo ocurrido el día que Israel hubiese podido tener mucho que lamentar y lo acontecido fue lo contrario: un orgullo nacional tuvo aplausos. Pensemos: ¿con cuántas horas de antelación y de arduo trabajo de sincronía entran en juego los músicos con sus variados instrumentos antes de dar un concierto? Seguramente muchas y con grandes exigencias. Y cuando escuchamos cada sonido nos parece que se precipitó el milagro del concierto, poder acordar tantos diversos elementos para darnos piezas musicales que nos dejan boquiabiertos con la sensación de asombro y de maravilla a la vez frente al logro de tanta maestría en la ejecución. Digo la verdad, ¿o no? Pues ante este ejemplo anhelo transcribir lo que mi atisbo registró: “Quería compartir algo que es más que un sentimiento. Algo que surge de un sentimiento real. Y es que el sábado por la noche sucedió aquí algo de la magnitud de cuando se abrió el Mar Rojo”. Entenderán que hasta aquí tenía la mandíbula de mis ojos descolgada. Y seguí leyendo porque los temas que se relacionan con enigmas me fascinan y más, supuestamente, si abarcan un respaldo científico como el que me cayó frente a los ojos: “Soy doctor en física y trabajé durante varios años en la industria de defensa en Israel, en proyectos que todavía son vanguardia en el Estado de Israel. Cuando miro lo que ocurrió el sábado por la noche, a nivel científico simplemente no puede ser. La probabilidad de que todo, pero realmente todo salga bien, no existe en sistemas complejos como los sistemas de defensa que, sin embargo... funcionaron. Nunca, pero nunca, (y no sólo en el Estado de Israel), Sistemas de Defensa de este tipo han sido juzgados en tiempo real. Tomé un lápiz y me sumergí en los cálculos para comprobar la probabilidad de que tal resultado se materializara.
La gran cantidad de eventos que hubo que manejar, cuando cada misil o UAV se mueve de forma independiente (es decir, un error humano o alguna desviación de una operación, no se compensa con otras operaciones exitosas), duplica la posibilidad de cometer un error. Usando todos los cálculos avanzados, se esperaba una brecha en la defensa de los cielos del Estado de Israel. Porque incluso si hubiésemos obtenido una protección del 90%, ya hubiera sido un milagro. Lo que sucedió es que todos, pero todos: los pilotos, los operadores de sistemas y los operadores de tecnología actuaron como un solo hombre en un momento dado en total unidad. Si esto no es un acto de Dios, entonces ya no sé qué es un milagro. Esta "victoria" es más marcada que muchas otras, que no desafían la matemática. Allí se puede explicar según la naturaleza. El rescate que tuvo lugar para el pueblo de Israel en la noche de Shabat es simplemente imposible de ocurrir naturalmente, por causas naturales. Personalmente, creo que éste fue un milagro que salvó la vida de muchas personas de Israel. Si el sistema de defensa no hubiera podido interceptar algunos misiles de crucero, el resultado nos habría arrastrado a una campaña muy pero muy compleja. No apuesto a que la próxima vez funcionará así sin supervisión divina. ¡La prueba simple de lo que digo es que los directivos de las industrias de defensa que desarrollan y fabrican estos sistemas no garantizan más del 90% de éxito!”.
Y mi mirada, siempre alerta, no cesa de buscar motivos para hacerles hincapié o relatarlos debido a la sorpresa e interés que me causen, y debo reconocer que sigo observando esto último como milagroso ya que fue efectivo al 99% y sólo con una pequeña herida que lamentar. También el milagro fue constatar que a pesar de las dudas se unieron tantos países para la defensa de Israel, inclusive países otrora considerados enemigos, sin preparación previa. Lo que significa que aún desafiando cualquier previsión los pueblos deben y pueden vivir en unidad a pesar de sus diferencias. Es un llamado para invocar la paz y poder orquestar todas las armas para lograrla. “La mejor arma es Amar” al prójimo sin ponerle tanto misterio al sentimiento del amor incondicional o universal. Se debe inculcar desde pequeños, con una educación que se aleje del odio y propicie el respeto y la tolerancia en un universo, que bien se define como diverso en fusión, que tenemos que cuidar y consentir con conciencia y una excelente orquestación.