Carolina Rodríguez (Enisa): “Hemos roto la estacionalidad, ahora nuestra financiación está disponible los 365 días del año para startups y pymes innovadoras”

La consejera delegada de Enisa repasa la historia y evolución de la entidad, el papel del préstamo participativo, la Ley de Startups, los nuevos mecanismos de financiación continua y el impulso que se está haciendo a las emprendedoras digitales.

Carolina Rodríguez, Consejera Delegada de ENISA
photo_camera Carolina Rodríguez, Consejera Delegada de ENISA

Consejera delegada desde julio y vinculada a Enisa desde 2013, Carolina Rodríguez conoce la entidad pública como la palma de su mano. En estos años ha visto cómo ha evolucionado desde un organismo pionero en el apoyo a las pymes hasta convertirse en una de las principales referencias del emprendimiento innovador en España.

En conversación con El Diario de Madrid, Rodríguez detalla la transformación de Enisa, la nueva etapa de financiación continúa iniciada en septiembre, su modelo de préstamos participativos y el compromiso por hacer llegar los fondos a todo el territorio nacional.

Para empezar, ¿cómo definiría Enisa y cuál es su papel dentro del ecosistema emprendedor español?

Enisa es una empresa pública adscrita al Ministerio de Industria y Turismo. Nuestra función es financiar proyectos empresariales viables, innovadores y con potencial de crecimiento, especialmente en fases en las que las compañías todavía no tienen acceso a todas las fuentes de inversión del mercado. Cubrir ese hueco es esencial: queremos que ningún proyecto con capacidad de aportar valor a la economía o a la sociedad se quede sin la inyección de capital necesaria para desarrollarse.

Usted lleva más de una década en ENISA. ¿Cómo ha evolucionado la entidad desde sus inicios?

Enisa nace en 1982, y en 1996 comenzamos a utilizar el préstamo participativo, el instrumento que seguimos aplicando hoy. Desde entonces hemos construido un modelo muy especializado y reconocible. Uno de los hitos más importantes llegó en 2010, cuando lanzamos la línea para Jóvenes Emprendedores. Fue un momento clave porque en aquel entonces apenas se hablaba de emprendimiento en España. Abrimos la puerta a que menores de 40 años pudieran financiar sus proyectos, y eso nos dio una posición muy sólida en el ecosistema, especialmente en las grandes ciudades, donde la actividad emprendedora era más intensa.

De ahí saltamos a 2021, otro año crucial. Hasta entonces gestionábamos un presupuesto anual en torno a 100 millones de euros, procedente del Ministerio de Industria y Turismo, que nos permitía financiar un promedio de entre 600 y 700 empresas al año. A partir de 2021 comenzamos a administrar también fondos de otros ministerios que nos ha permitido diversificar nuestra acción y detectar talento innovador en sectores que son básicos para el desarrollo económico y social de nuestro país. En primer lugar tenemos Emprendedoras Digitales con el Ministerio para la Transformación Digital y la Función Pública, una actuación específica para animar y ayudar a que las mujeres emprendan; en segundo lugar está AgroInnpulso junto al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para proyectos agroalimentarios; y por último, junto al Ministerio de Cultura y el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública para impulsar el Plan España Hub Audiovisual, está la financiación “Audiovisual e Industrias Culturales y Creativas”.

El siguiente gran salto llegó con la Ley de Startups, aprobada en diciembre de 2022, que nos designa como la entidad estatal responsable de certificar a las empresas emergentes. Esta ley favorece un marco más ágil y competitivo para un tipo de compañía que necesita crecer rápido. Fue un reconocimiento a nuestro papel como entidad experta en financiación de riesgo.

Este año parece marcar una nueva etapa. ¿Qué ha cambiado en 2025?

Ha cambiado todo muchísimo. Hasta ahora, dependíamos del calendario de los Presupuestos Generales del Estado: hasta que se aprobaban no podíamos poner en marcha las líneas de financiación. Esto generaba ineficiencias y retrasos para las empresas. Gracias al Plan de Recuperación, se ha creado un nuevo mecanismo operativo, en marcha desde mediados de septiembre, que rompe la estacionalidad. A partir de ahora, cualquier empresa puede solicitar financiación en cualquier momento del año, 24 horas al día, 7 días a la semana, los 365 días.

Esto era una demanda histórica del sector. En la práctica, si una empresa solicitaba fondos en enero, antes podía tener que esperar hasta mayo u octubre. Ahora puede hacerlo en cualquier momento y obtener respuesta mucho más rápido. Hemos logrado además agilizar los procesos: el tiempo medio de análisis y de respuesta para operaciones pequeñas es de 30 a 40 días, una cifra muy competitiva frente al capital riesgo.

Además, hemos reforzado nuestro presupuesto, lo que nos permite tener mayor impacto territorial. Queremos llegar a cada rincón de España. La capilaridad territorial es ahora una prioridad estratégica: ninguna persona que emprenda esté donde esté, debe quedarse sin conocer qué es Enisa y cómo acceder a nuestro instrumento financiero.

El préstamo participativo es el sello de Enisa. ¿En qué consiste exactamente?

Es un instrumento financiero muy singular, a medio camino entre el préstamo bancario y el capital riesgo. Frente al préstamo bancario, tiene una ventaja fundamental: no pedimos avales ni garantías personales. El único aval es el propio proyecto y el equipo que lo impulsa. Y a diferencia del capital riesgo, no tomamos parte del accionariado de la empresa ni intervenimos en su gestión. Enisa es socia financiera, pero nunca una socia propietaria.

El préstamo participativo es deuda, sí, pero deuda inteligente. Se adapta al ritmo de crecimiento de la compañía. El tipo de interés variable está vinculado a la rentabilidad financiera de la empresa. Si una compañía es de reciente creación y aún no tiene beneficios, ese tramo de interés es cero. Por eso decimos que es una herramienta flexible y especialmente útil para startups y pymes innovadoras.

Nuestros préstamos van de 25.000 euros a 1,5 millones de euros. A lo largo de nuestra trayectoria hemos concedido más de 9.000 préstamos, financiado más de 8.100 empresas y movilizado 1.445 millones de euros. Además, nuestra vocación no se limita a las startups tecnológicas: apoyamos a toda pyme innovadora que quiera transformar su producto, servicio, modelo de negocio o internacionalizarse.

¿En qué etapas de desarrollo suelen participar?

Nuestra financiación está pensada a largo plazo, con plazos amplios de amortización y carencia. Cerca del 60% de nuestra cartera de empresas financiadas se encuentra en la primera fase, cuando el proyecto está arrancando. Ahí es donde debe estar el dinero público: en el momento en que hay más riesgo y más necesidad. Después, cuando una empresa ya ha validado su modelo, puede acceder más fácilmente a otros fondos, pero para dar el primer paso hace falta apoyo.

El riesgo vivo máximo por empresa es de 1,5 millones de euros, y es habitual que compañías que comenzaron con un primer préstamo vuelvan a Enisa más adelante para financiar nuevas etapas de crecimiento.

¿Cómo puede una empresa solicitar financiación?

Todo el proceso es 100% online. Cualquier empresa puede presentar su solicitud en nuestra web. Solo pedimos un plan de negocio sólido que demuestre que el proyecto es viable y creíble. Los requisitos básicos son:

  • Ser sociedad mercantil con actividad principal en España.
  • Tener fondos propios equivalentes al importe del préstamo solicitado.
  • Cofinanciar el proyecto con recursos propios o inversión externa.

Nuestro equipo analiza cada expediente tanto desde el punto de vista cualitativo —quién está detrás, la experiencia del equipo, la complementariedad de perfiles— como cuantitativo, es decir, el análisis económico-financiero. Buscamos estructuras equilibradas, que no dependan exclusivamente de la financiación pública o bancaria.

La documentación es sencilla: el plan de negocio, proyecciones financieras, NIF de las personas socias y los datos de la empresa. Y algo que nos distingue: todo se hace internamente, sin externalizar nada. Incluso la firma del préstamo se realiza en nuestras oficinas, donde el notario acude a formalizar la póliza. Es un momento muy especial porque simboliza el inicio del camino del emprendimiento.

¿Cómo sigue Enisa el recorrido de las empresas financiadas?

Hacemos un seguimiento anual durante toda la vida del préstamo. Analizamos la evolución de la compañía y su cumplimiento de los hitos. Si se desvía de lo previsto, lo revisamos y justificamos; no penalizamos el aprendizaje. Además, muchas empresas reinciden positivamente: obtienen un primer préstamo, y años después vuelven a solicitar otro. Esa fidelización es una de nuestras fortalezas, porque nos permite acompañarlas desde su nacimiento hasta su fase de escala.

Enisa insiste mucho en la innovación. ¿Cómo la definen ustedes?

Nos identificamos con la definición de Cotec que dice que es “todo cambio, no solo tecnológico, basado en conocimiento, no solo científico, que genera un valor no solamente económico”. Financiamos empresas tecnológicas, sí, pero también compañías que innovan en ámbitos muy diversos: desde el packaging, hasta nuevos procesos productivos o modelos de negocio sostenibles. Hemos apoyado, por ejemplo, una empresa de embutidos que desarrolló una línea de ahumado más saludable o fabricantes de yogures artesanales. La innovación está en todas partes.

¿Qué peso tiene Madrid en la cartera de Enisa?

Madrid siempre está en la parte alta del ranking, junto con Barcelona. Entre ambas ciudades suman más de la mitad del total nacional de nuestros préstamos participativos. Madrid es clave por volumen y dinamismo, y por la concentración de talento y proyectos innovadores. Nuestra cartera histórica aquí es de 2.886 préstamos por un importe de cerca de 449 millones de euros. En 2024 firmamos 109 operaciones por cerca de 18.200.000 euros. En 2025 hemos firmado 81 préstamos por más de 13.500.000 euros.

¿Qué empresas destacaría como ejemplos del impacto de Enisa?

Tenemos una larga lista de compañías que hoy son referentes: Cabify, Wallapop, Pastoret, Turrons Vicens, Soso Factory, Ecoalf, Silence, Cooltra, Wallbox o PLD Space, con el lanzamiento del cohete Miura. Todas pasaron por aquí en algún momento de su historia.

Poniendo el foco en esta comunidad me gustaría destacar dos ejemplos: Ekonoke, liderada por mujeres, ha revolucionado el mundo de la cerveza cultivando lúpulo en interiores, sin tierra y con un sistema sostenible de agua y luz controlada. Empezaron con un pequeño laboratorio en Madrid y hoy tienen una planta en Galicia con inversión de Hijos de Rivera. Y Shakers, una plataforma que conecta empresas con talento digital. Son jóvenes, con ambición y ya forman parte de las scale-ups europeas más prometedoras. Representan perfectamente el espíritu emprendedor que queremos potenciar.

¿Hacia qué mercados se orientan las empresas financiadas por Enisa?

Los mercados naturales para las empresas españolas son Europa y Latinoamérica. No obstante, Estados Unidos sigue siendo una referencia, sobre todo para startups que buscan atraer inversión internacional. Trabajamos en plena coordinación con ICEX, que es como nuestro “primo hermano”. De hecho, muchas empresas que participan en los programas de internacionalización de ICEX, como Desafía, han pasado previamente por Enisa. Es la prueba de que los instrumentos públicos se complementan y crean itinerarios completos para las empresas.

Una de las líneas más reconocibles es la de Emprendedoras Digitales. ¿Qué balance hace?

La proporción de empresas fundadas por mujeres sigue siendo baja, manteniéndose en el 20% desde hace años, según el Mapa del Emprendimiento 2024 de South Summit. Nuestro objetivo es cambiar esa realidad. Con Emprendedoras Digitales queremos garantizar que el dinero para emprender no sea el obstáculo. Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), un observatorio internacional que, desde 1999, analiza anualmente el fenómeno emprendedor la puesta en marcha y el desarrollo de las empresas creadas por mujeres requiere un promedio de 67.279 euros, un 11% menos que las iniciativas promovidas por hombres. El mayor esfuerzo económico lo realizan las propias emprendedoras al aportar el 66% de los fondos necesarios.

La siguiente fuente de financiación es la bancaria, pero con un peso menor que en el caso del emprendimiento masculino. Este menor acceso a la financiación bancaria se ve compensado por una mayor financiación de familiares, amistades, subvenciones, ayudas y crowdfunding. Enisa ofrece un instrumento que elimina esa barrera. Uno de los retos clave a los que tenemos que dar la vuelta es la baja representación de las mujeres en el ecosistema emprendedor. Mientras exista esta brecha, esta línea seguirá activa y reforzada. Tenemos la enorme satisfacción de haber aprobado ya 334 préstamos por un valor cercano a los 51 millones de euros.