Mural

El Ayuntamiento protegerá el mural de Miguel Brayda en El Montacargas suspendiendo las obras sobre su fachada

El mural del artista Miguel Brayda será incluido en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos y no podrá ser alterado durante las obras del edificio

Edificio del Teatro El Montacargas
photo_camera Edificio del Teatro El Montacargas

El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado la suspensión de cualquier actuación que afecte a la fachada del edificio de la calle Antillón, 19, en el distrito de Latina, con el objetivo de preservar el mural creado por el escenógrafo y artista Miguel Brayda en el año 1993. Esta decisión, adoptada por la Junta de Gobierno municipal, responde a la intención del Consistorio de incluir la obra en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos, dada su relevancia artística, simbólica y comunitaria.

Según ha informado la vicealcaldesa y alcaldesa en funciones, Inma Sanz, la resolución llega tras las denuncias vecinales recibidas ante la colocación de andamios por parte del propietario del inmueble, lo que hacía temer la desaparición del mural durante las obras de reparación. Aunque el edificio no cuenta con ningún tipo de protección patrimonial ni urbanística, la pintura ha sido reconocida por la Comunidad de Madrid como de interés artístico y cultural, por lo que se han activado medidas cautelares para evitar su deterioro o eliminación.

El mural, símbolo del barrio y obra de un artista premiado

El mural fue realizado por Miguel Brayda (1961-2016), un artista reconocido en el ámbito escénico y plástico, galardonado con el Premio Nacional de Escenografía en 1997. La obra, de estilo onírico y con elementos vegetales y animales, fue creada cuando el edificio se convirtió en la sala de teatro independiente El Montacargas, un espacio cultural que se mantuvo activo hasta su cierre en 2020. En 2023, el inmueble reabrió como un nuevo establecimiento, aunque conservando su singular fachada.

Brayda fue un creador polifacético, vinculado al mundo del teatro, la danza y el circo, que dejó su huella también en el techo de la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). El mural de El Montacargas constituye, por tanto, una pieza singular del patrimonio artístico urbano madrileño, no solo por su autoría, sino también por su arraigo entre los vecinos del barrio de Puerta del Ángel.

Informes municipales advertían de daños en la fachada, pero pedían preservar el mural

El edificio contaba con un acta desfavorable de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) emitida en diciembre de 2023, así como un informe técnico de la Junta Municipal de Latina de mayo de 2024, en los que se recomendaban reparaciones en los revestimientos exteriores, pero sin alterar el estado de la pintura mural.

Pese a ello, la colocación de andamios sin garantías claras de conservación del mural activó la alarma ciudadana y provocó la intervención del Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, dirigida por Borja Carabante, que el pasado 18 de julio inició el expediente para su protección formal.

Una protección necesaria mientras se tramita el expediente

El edificio, construido en 1950 como fábrica de caramelos y reconvertido en espacio cultural cuatro décadas más tarde, no figura actualmente en ningún registro de protección, por lo que la inclusión del mural en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos requerirá su tramitación administrativa. Durante este proceso, se ha dictado la suspensión cautelar de cualquier obra que afecte a la fachada, aunque sí se permitirá la intervención en otras zonas del edificio, siempre que no comprometan el mural.

Este paso del Ayuntamiento se produce en respuesta a la solicitud de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, que, pese a descartar la declaración del edificio como Bien de Interés Cultural o Patrimonial, sí considera la obra de Brayda digna de protección por su valor artístico e identitario para la comunidad.

Cultura, memoria y participación vecinal

La decisión del Ayuntamiento refleja una sensibilidad creciente hacia la protección del patrimonio artístico urbano, especialmente en casos donde la legislación actual no ofrece mecanismos directos de salvaguarda. Asimismo, la presión vecinal y cultural ha sido determinante para evitar que el mural desaparezca y para garantizar su conservación futura.

El mural de Miguel Brayda en El Montacargas representa un símbolo del barrio y de la memoria colectiva, además de ser una pieza destacada del arte mural madrileño de las últimas décadas. Su protección oficial supondrá un hito en la defensa del arte público y una señal de reconocimiento al legado de un creador comprometido con las artes escénicas y la ciudad.