La poesía de Piedad Bonnett, galardonada con el prestigioso Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2024, representa un encuentro con lo inmaterial, con aquello que se oculta bajo los velos de lo cotidiano. Su obra, minuciosa y profundamente introspectiva, establece un diálogo entre la verdad revelada —la alétheia griega— y la incertidumbre inherente al lenguaje poético. En su poema "Duermevela", Bonnett explora las profundidades de lo nocturno, de ese estado liminal donde el caos y el deseo se fundan:
"Antes de que lleguen los sueños donde espero soñarte
viene al galope
el oscuro tropel de los deseos..."
Aquí, la poesía de Bonnett actúa como una palabra angulosa y descolocada, capaz de conjurar imágenes que desvelan lo inefable, lo que yace en el umbral de la conciencia. Su lenguaje no busca la masividad ni la comunicación directa que caracteriza otras vertientes poéticas, como las de Mario Benedetti. Por el contrario, su obra traza un camino hacia lo oculto, hacia ese velo que el lector debe levantar para encontrar su propia verdad.
La transparencia, según Heidegger, es lo inmaterial, aquello que carece de peso o forma, pero que, sin embargo, ilumina nuestra percepción del mundo. En los versos de Bonnett, esta idea adquiere una profundidad inquietante. La noche es presentación no solo como un espacio físico, sino como un estado del alma, un caos primordial que alude a los primeros momentos de la creación:
"La noche es hoy tan negra y silenciosa
como debió de ser esa otra noche
cuando el viento de Dios aleteaba
sobre las aguas y el mundo era caos."
Esta capacidad para unir lo primigenio con lo íntimo convierte su poesía en un espejo que refleja tanto las sombras del pasado como los deseos del presente. Cada palabra de Bonnett se percibe como un acto revelador, un apocalipsis en el sentido más antiguo del término, un descubrimiento que desafía las certezas del lector.
En consonancia con las reflexiones de Ortega y María Zambrano, Pilar Bonnett nos invita a transitar por el delicado filo entre lo oculto y lo revelado, entre lo tangible y lo intangible. Como si se tratara de musgo que brota de la piedra, su poesía nace de lo áspero, de lo inexpresable, para abrirse paso hacia el misterio de la existencia.
La galardonada Bonnett ha consolidado una voz única, que en su búsqueda minuciosa y sutil rompe con las narrativas predecibles para entregarnos un verso abrupto, indócil, que no solo indica, sino que actúa. Su obra, como su propia esencia, permanece velada en la experiencia humana, haciendo de la poesía un espacio donde la verdad se desnuda y se vuelve acto revelador, en donde el poema no es solo un reflejo, sino una chispa que ilumina el caos y nos confronta con nuestra propia comprensión.