Con la llegada del verano y las altas temperaturas, miles de personas aprovechan el tiempo libre para disfrutar del sol.
Sin embargo, tomar el sol sin las debidas precauciones puede tener consecuencias graves para la piel. Las quemaduras solares, la deshidratación o el envejecimiento prematuro son solo algunas de ellas, y en la mayoría de los casos se deben a errores fácilmente evitables.
Cuándo y cómo aplicar el protector solar
Uno de los más habituales es no usar protector solar o aplicarlo de forma incorrecta. Muchas personas lo hacen justo antes de tumbarse al sol, cuando lo recomendable es aplicarlo al menos 30 minutos antes de la exposición. Además, se debe renovar cada 90 minutos o dos horas, incluso después de cada baño, algo que no siempre se cumple.
Horas centrales del día: riesgo para la piel
Otro error muy frecuente es tomar el sol en las horas centrales del día, entre las 12:00 y las 16:00. En ese tramo horario, la radiación ultravioleta alcanza sus niveles más altos y la piel sufre más agresiones. Buscar sombra, llevar ropa adecuada y limitar el tiempo de exposición directa son medidas esenciales para reducir riesgos.
Uso de aceites bronceadores sin protección solar
El uso de aceites bronceadores sin protección solar también supone un peligro. Aunque pueden intensificar el tono dorado de la piel, no bloquean los rayos UVA y UVB, lo que multiplica las posibilidades de quemaduras. La mejor opción es optar por protectores solares de amplio espectro, con un factor igual o superior a SPF 30.
La protección no sólo se reduce a la playa o la piscina
Otro aspecto a tener en cuenta es la falsa creencia de que solo hay que protegerse en la playa o la piscina. La exposición al sol durante paseos, terrazas o incluso en días nublados también puede provocar daños. En este sentido, usar sombreros, gafas con filtro UV y camisetas que cubran hombros y espalda se convierte en una barrera eficaz contra la radiación.
Los menores y las personas mayores necesitan especial atención. Sus pieles son más sensibles y requieren cuidados extra, como cremas con alto factor de protección, ropa transpirable y evitar exposiciones prolongadas.
Consejos clave para protegerse del sol:
- Usar protector solar con al menos SPF 30, aplicarlo media hora antes de la exposición y renovarlo cada dos horas.
- Evitar tomar el sol en las horas de máxima intensidad.
- Cubrir la piel con ropa ligera y sombreros, y utilizar gafas de sol homologadas.
- Mantenerse hidratado bebiendo agua con frecuencia.
- No confiar en los días nublados: los rayos UV atraviesan las nubes.
Disfrutar del verano es compatible con proteger la salud. Siguiendo unas pautas sencillas se puede evitar el daño solar y garantizar un bronceado seguro y saludable.