PSOE Madrid

Lobato enfrenta críticas internas por el caso de la filtración del correo del novio de Ayuso

Juan Lobato enfrenta críticas internas en el PSOE por registrar mensajes sobre la pareja de Ayuso. Ferraz y dirigentes madrileños piden su dimisión antes del Congreso Federal

Juan Lobato en la Asamblea de Madrid - Foto PSOE Madrid
photo_camera Juan Lobato en la Asamblea de Madrid - Foto PSOE Madrid

El secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato, se encuentra en el centro de una tormenta política tras registrar ante notario una conversación con Pilar Sánchez Acera, jefa de gabinete del ministro Óscar López, sobre un correo electrónico relacionado con el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Este movimiento ha generado un fuerte rechazo en el seno del PSOE, con voces que califican su acción como "traición" y piden su dimisión antes del Congreso Federal del PSOE en Sevilla, previsto para este fin de semana.

El origen de la crisis: la filtración del correo

El caso gira en torno a un correo electrónico en el que el abogado de Alberto González Amador, pareja de Ayuso, reconocía que este había cometido dos delitos de fraude fiscal por un total de 350.000 euros. Según Lobato, Sánchez Acera le envió el documento en marzo pasado para que lo usara en la Asamblea de Madrid, pero él se negó argumentando que podría desviar el foco hacia cómo obtuvo esa información. Lobato registró la conversación en noviembre, alegando que quería protegerse en caso de que se le implicara en la filtración.

No obstante, desde Ferraz (la sede central del PSOE), califican esta acción como "gravísima" y aseguran que supone una deslealtad al Gobierno y al partido. Fuentes internas consideran que el movimiento de Lobato perjudica tanto su liderazgo como la imagen del PSOE en general.

Cerdán desafía a Lobato y Ferraz se desmarca

El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, desafió públicamente a Lobato a "dar nombres" cuando este denunció un supuesto "linchamiento" por parte de compañeros de partido. Mientras tanto, Ferraz se ha desmarcado de la controversia y ha dejado la resolución del caso en manos del PSOE de Madrid, aunque algunos dirigentes consideran que Lobato no está en condiciones de liderar la delegación madrileña en el Congreso Federal.

Fuentes socialistas han calificado de "disparate" la decisión de Lobato de acudir al notario sin informar a Moncloa ni a su entorno más cercano, interpretándolo como un intento de protegerse a expensas del partido.

Críticas internas y aislamiento de Lobato

Dentro del PSOE madrileño, el movimiento de Lobato ha generado un profundo malestar. Según una fuente del partido: "El PSOE está por encima de los militantes, y Lobato ha demostrado que para él solo está su ego". Algunos dirigentes consideran que su posición como líder es insostenible y dudan de que pueda mantenerse hasta el Congreso Federal de Sevilla.

En paralelo, Lobato enfrenta críticas por su falta de transparencia con su equipo y colaboradores cercanos, quienes aseguran haberse enterado de la situación a través de los medios. Incluso Pilar Sánchez Acera, involucrada directamente en el caso, no estaba al tanto de la decisión de Lobato de registrar la conversación.

El PP y Ayuso aprovechan la crisis

Desde Corea del Sur, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, calificó la situación como una "cacería" contra su pareja, a quien acusa Moncloa de usar como herramienta para atacarla políticamente. Ayuso afirmó que el caso fue "orquestado desde la mesa del presidente del Gobierno", aunque evitó mencionar que su pareja está imputada por fraude fiscal y ha admitido los hechos.

¿Qué sigue para Lobato y el PSOE?

Lobato ha sido citado a declarar este viernes como testigo en el Tribunal Supremo, donde deberá presentar el acta notarial registrada en noviembre. En ese mismo día, el PSOE celebrará su Congreso Federal en Sevilla, lo que pone en cuestión si Lobato estará en condiciones de representar al partido madrileño.

Aunque Lobato insiste en que su acción buscaba "protegerse" y que las filtraciones provinieron de medios de comunicación, no de Moncloa, el daño a su liderazgo parece irreparable. Desde Ferraz y el PSOE madrileño, muchos consideran que su dimisión antes del viernes sería la salida más digna para evitar un mayor desgaste para el partido.