El incendio forestal declarado en Navaluenga (Ávila) continúa activo y ha afectado ya a unas 1.500 hectáreas, según estimaciones provisionales de los equipos de emergencia. Aunque las autoridades aseguran que el fuego se mantiene estable, la evolución del siniestro está condicionada por la previsión de un repunte del viento en las próximas horas, lo que podría reavivar numerosos focos calientes que aún persisten dentro del perímetro inestable de 26 kilómetros.
El incendio obligó este viernes a desalojar a unas 70 personas, entre ellas 60 niños y 14 monitores de un campamento de verano procedente de Madrid, que fueron reubicados de forma preventiva en el polideportivo de Navaluenga, a la espera de ser recogidos por sus familiares. Además, catorce vecinos de una urbanización próxima también tuvieron que abandonar sus hogares por precaución.
El incendio se encuentra declarado en nivel 2 de peligrosidad, lo que ha requerido la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME) junto a medios terrestres y aéreos del operativo de Castilla y León, Madrid y el Ministerio para la Transición Ecológica.
Uno de los episodios más graves del operativo tuvo lugar este viernes, cuando un manguerista de autobomba, miembro de la Junta de Castilla y León destinado en Arenas de San Pedro, sufrió un traumatismo con fractura de varias costillas durante las labores de extinción. El operario se encuentra actualmente ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), según han confirmado fuentes oficiales.
A lo largo de la jornada también fueron atendidas varias personas por inhalación de humo en el centro de salud de Burgohondo, entre ellos algunos bomberos del operativo. Todos fueron dados de alta in situ, sin complicaciones de mayor gravedad.
La carretera que conecta Navaluenga con Burgohondo permanece cortada al tráfico, excepto en casos puntuales en los que se autoriza el paso de ganaderos que necesitan acceder a sus explotaciones. La medida pretende evitar riesgos a la población y facilitar el trabajo de los equipos de emergencia.
El comportamiento del fuego sigue siendo muy irregular, con zonas parcialmente controladas y otras en las que el avance de las llamas y la complejidad orográfica impiden una extinción definitiva. Las altas temperaturas y la sequedad de la vegetación son factores que elevan el riesgo de reactivación en cualquier momento.
Las autoridades han hecho un nuevo llamamiento a la prudencia ciudadana e insisten en que se eviten desplazamientos o incursiones en las inmediaciones del incendio mientras se mantenga el actual nivel de alerta.
El suceso coincide con el control del incendio de Méntrida (Toledo), que también amenazó zonas limítrofes de la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha, y cuya superficie afectada supera las 3.200 hectáreas. Aunque ya ha pasado a nivel operativo 0, se mantienen medios de vigilancia ante posibles rebrotes.
La situación en Navaluenga, sin embargo, sigue siendo crítica, y la prioridad continúa centrada en evitar una reactivación masiva del incendio, proteger a la población y salvaguardar los recursos naturales de la zona.