La Comunidad de Madrid, a través del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) Energía, ha dado un importante paso en la lucha contra los micro plásticos en el agua. Investigadores de la Unidad de Materiales Porosos Avanzados del Instituto han desarrollado materiales innovadores capaces de degradar estos contaminantes de manera eficiente, ofreciendo una solución prometedora para mejorar el tratamiento de aguas residuales y proteger el medio ambiente.
Materiales avanzados para degradar plásticos
La investigación se centra en las redes metal-orgánicas (MOFs), estructuras porosas que, combinadas con enzimas, han demostrado una alta efectividad en la degradación de plásticos. En pruebas realizadas, los investigadores lograron inmovilizar la enzima candida rugosa lipase en los MOFs, lo que permitió alcanzar un porcentaje de degradación del 37% en solo 24 horas.
Por primera vez, estos materiales han conseguido erosionar la superficie de plásticos reales, incluida una botella de agua de plástico, que normalmente tardaría décadas en degradarse en condiciones naturales.
Un impacto significativo en la lucha contra la contaminación plástica
La acumulación de plásticos en ecosistemas terrestres y acuáticos ha generado una crisis ambiental global, con graves consecuencias para la salud humana y natural. Este proyecto supone un avance crucial para la eliminación de micro y nanoplásticos en las redes de tratamiento de aguas.
Los resultados obtenidos no solo demuestran la efectividad de estos materiales, sino que también abren la puerta a su implementación en plantas de tratamiento de aguas, donde podrían desempeñar un papel fundamental en la reducción de la contaminación por plásticos.
Un futuro más limpio gracias a la innovación
Con esta investigación, la Comunidad de Madrid refuerza su compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo de tecnologías limpias. El proyecto liderado por IMDEA Energía destaca la importancia de la ciencia y la innovación en la búsqueda de soluciones a los desafíos medioambientales actuales.
Estos materiales avanzados representan una herramienta clave para contribuir a un futuro más limpio, abordando de manera efectiva uno de los problemas ambientales más urgentes del siglo XXI: la contaminación por plásticos.
