Nace en España la Data Clean Room Alliance para el uso ético, seguro y colaborativo de los datos

Un grupo de profesionales del sector tecnológico, jurídico y de la comunicación impulsa una alianza sin precedentes en torno a un nuevo paradigma: el uso compartido y seguro de los datos sin renunciar a la privacidad.

Data Clean Room Alliance
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En un tiempo donde el dato se ha convertido en el nuevo petróleo —pero también en un campo de minas—, un grupo de voces expertas ha decidido poner en marcha una iniciativa con vocación de cambio. No un grito, sino un paso firme y meditado: la creación de la Data Clean Room Alliance, una comunidad que nace en España con una misión clara y urgente: liderar la transición hacia un modelo digital donde compartir datos no sea incompatible con proteger derechos.

No es un manifiesto contra el pasado, sino una hoja de ruta hacia el futuro. Un futuro en el que empresas, instituciones y ciudadanos puedan colaborar en entornos digitales seguros, donde los datos se analicen sin ser expuestos, y donde el respeto a la privacidad no sea un obstáculo, sino una ventaja competitiva.

“La privacidad no es el enemigo del dato. Es su mejor aliada cuando se entiende como una herramienta de confianza, innovación y sostenibilidad digital”, resume Mónica Rodríguez Paz, una de las impulsoras del proyecto.

La sala limpia donde los datos no se manchan

Las Data Clean Rooms —o “salas limpias de datos”— no son laboratorios futuristas ni espacios físicos sellados. Son entornos digitales protegidos, cuidadosamente diseñados para permitir que distintos actores —una empresa y su proveedor, un banco y una aseguradora, un retailer y su socio tecnológico— puedan cruzar y analizar información sin que ninguno exponga ni comparta datos personales.

Es la respuesta tecnológica y ética al ocaso de las cookies, a la desconfianza del usuario y al endurecimiento de las normativas sobre protección de datos. Y es, sobre todo, una oportunidad para reinventar el modo en que colaboramos, investigamos y construimos valor en la economía del dato.

Una alianza con cinco nombres y muchas voces

La Data Clean Room Alliance no es una empresa ni una marca comercial. Es una plataforma de pensamiento, formación y conexión, impulsada por cinco profesionales que, desde distintos ámbitos, han coincidido en una visión común:

  • Mónica Rodríguez Paz, experta en privacidad y liderazgo digital (Utiq, ex-Microsoft y Salesforce).
  • Henry Velásquez Yanez, abogado especializado en derecho tecnológico y cumplimiento normativo.
  • Antonio Andújar Gómez, responsable de tecnología y MadTech en Palladium Hotel Group.
  • Juan Antonio Muñoz-Gallego, cofundador de Skiller Academy, promotor de talento y educación digital.
  • José Ramón Mencías, director de estrategia de datos en Publicis Groupe y miembro de IAB Spain.

Juntos, han puesto en marcha una estructura abierta, colaborativa, sin ánimo de lucro, que aspira a tejer comunidad, ofrecer formación especializada, crear foros de debate y divulgar casos de uso reales donde los datos se compartan con responsabilidad, seguridad y propósito.

Cuando los datos se respetan, las ideas fluyen

Detrás de esta iniciativa hay una intuición poderosa: que el miedo al dato solo se vence con conocimiento, transparencia y diseño ético. Por eso la alianza se dirige tanto a perfiles técnicos como a profesionales de la comunicación, el marketing, la abogacía o la administración pública.

“Nos encontramos ante un momento bisagra. Podemos seguir viendo la privacidad como una obligación o empezar a verla como lo que es: una nueva forma de generar valor y confianza”, afirma Juan Antonio Muñoz-Gallego.

La agenda de la alianza ya avanza encuentros, programas formativos, alianzas institucionales y contenidos divulgativos. Su objetivo es que España, y por extensión Europa, no solo cumplan con la ley, sino que marquen el paso hacia un nuevo modelo de innovación respetuosa.

El dato como bien común del siglo XXI

El nacimiento de la Data Clean Room Alliance no es una respuesta a una moda ni una reacción de urgencia. Es una apuesta por una nueva cultura digital, donde el dato se trata como un bien común y no como una moneda de cambio sin reglas. Donde el usuario tiene voz, la empresa tiene criterio, y la tecnología se pone al servicio de una sociedad más justa, eficiente y segura.

No es casual que esta iniciativa surja en España, donde convergen talento tecnológico, madurez legal y una sensibilidad creciente hacia los derechos digitales. Desde aquí, la alianza aspira a crecer, conectar y transformar, abriendo sus puertas a todos los que entienden que el dato puede ser limpio, útil y respetuoso al mismo tiempo.