El modelo de incubación empresarial desarrollado por la Fundación INCYDE, con financiación del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), ha convertido a España en referente continental en apoyo al emprendimiento y la innovación. Con más de 45.000 empresas y emprendedores impulsados, 212 espacios activos y una red que abarca incubadoras, viveros de empresas y coworkings digitales, INCYDE lidera hoy la mayor infraestructura europea de fomento empresarial.
Durante el acto institucional “Donde nacen las ideas”, celebrado en Madrid, se visibilizó el impacto tangible de esta red a través de casos reales de startups que han crecido dentro de las incubadoras. La jornada fue inaugurada por José Luis Bonet, presidente de la Fundación INCYDE y de la Cámara de Comercio de España, quien destacó el papel estratégico de la colaboración público-privada y la financiación europea en la transformación del tejido productivo nacional.
Una red nacional al servicio del emprendimiento
La red de INCYDE está formada por 26 Incubadoras de Alta Tecnología, 143 viveros de empresa y 43 coworkings digitales, con una inversión total superior a 215 millones de euros procedentes de FEDER. Esta infraestructura tiene como objetivos principales transformar ideas en empresas sostenibles, acercar la innovación a todos los territorios y reforzar la competitividad y cohesión social.
Según Bonet, la red de incubadoras “no solo crea empleo y empresas, sino que genera comunidades donde se acelera la innovación y se fortalecen los lazos económicos y sociales del territorio”. El presidente ha recordado que este modelo fue concebido hace más de una década como una apuesta estratégica que hoy se traduce en resultados medibles y sostenibles.
Startups que transforman sectores clave
Cinco startups presentaron sus experiencias en una mesa redonda moderada por Efrén Miranda, fundador del Club de Emprendimiento:
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AGforest (IAT Metaverso, Málaga): combina inteligencia artificial y datos satelitales para impulsar políticas urbanas frente al cambio climático. La incubadora fue clave para desarrollar su tecnología y acceder a financiación.
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INTECC (UCAM HiTech, Murcia): ha creado una aplicación capaz de diagnosticar enfermedades musculoesqueléticas en segundos. Su CEO, Julián Aguilera, remarcó el valor de la formación transversal y la red de contactos facilitada por el ecosistema UCAM.
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Grasshopper Air Mobility (Logistics 4.0, Barcelona): desarrolla drones autónomos eVTOL de carga pesada. Su avance fue posible gracias al entorno regulatorio, técnico y emprendedor proporcionado por la incubadora.
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CEX Eco Energy (IAT Matriz, Jaén): ofrece soluciones de optimización energética en entornos industriales mediante IA e IoT. Gracias al apoyo recibido, han logrado alianzas con grandes grupos industriales para descarbonizar procesos productivos.
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Cobiomic Bioscience (Córdoba Biotech): especializada en medicina de precisión, ha colaborado con grandes farmacéuticas como Lilly o Novartis. Carlos Pérez, su fundador, destacó el salto de la investigación al mercado que les permitió la incubadora.
Un modelo replicable con reconocimiento europeo
Uno de los hitos destacados por Bonet fue el caso de Cajamar Innova (Almería), reconocida por la Comisión Europea como el mejor proyecto financiado con fondos europeos en España. “Europa ha premiado la estrategia, la visión y la colaboración que hay detrás de nuestro modelo”, afirmó.
Las incubadoras de INCYDE destacan por una tasa de supervivencia superior al 80 %, muy por encima de la media del ecosistema emprendedor. Además, ofrecen a las startups acceso a tecnología avanzada, mentorización, formación especializada y espacios de experimentación reales, aspectos decisivos para su consolidación y escalado.
Compromiso con la sostenibilidad y la cohesión territorial
Con más de 25 años de experiencia, la Fundación INCYDE reafirma su papel como actor clave en la transformación económica de España, apostando por un modelo de desarrollo basado en la sostenibilidad, la digitalización y la inclusión territorial.
A través de estas incubadoras, se generan no solo empresas, sino oportunidades reales de futuro en todas las regiones del país. El modelo español, ampliamente reconocido en Europa, se consolida como una fórmula de éxito para afrontar los desafíos del siglo XXI desde la innovación, la cooperación y el emprendimiento.