Una funcionaria de la prisión Madrid VII Estremera fue agredida en la tarde del 26 de junio por un interno durante una intervención en el Departamento de Enfermería, en un nuevo episodio que pone en evidencia la creciente inseguridad en los centros penitenciarios. Según ha denunciado el sindicato CSIF Prisiones, la empleada recibió una patada en la pierna izquierda y fue alcanzada en la cara por un cigarro encendido arrojado por el recluso, quien fue inmediatamente aislado.
Los hechos ocurrieron a las 19:00 horas, cuando se originó una pelea entre dos internos en una galería. Los funcionarios de servicio acudieron al lugar para restablecer el orden. En ese momento, un tercer interno se incorporó al altercado, y en una actitud "violenta y agresiva", se dirigió directamente a la funcionaria, atacándola de forma repentina.
La trabajadora afectada requirió atención sanitaria por las lesiones sufridas, mientras el autor de la agresión fue conducido al aislamiento en el área de Enfermería del propio centro. Desde CSIF se advierte que esta agresión no es un caso aislado, sino el reflejo de una situación estructural de riesgo a la que están expuestos los profesionales penitenciarios diariamente.
Exigencias de CSIF
A raíz del suceso, CSIF Prisiones en Estremera ha emitido un comunicado en el que reclama de forma urgente una serie de medidas que consideran imprescindibles para garantizar la seguridad y dignidad profesional del colectivo. Entre ellas destacan:
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Reconocimiento legal del personal penitenciario como agentes de la autoridad, lo que supondría mayor protección jurídica ante las agresiones.
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Actualización y mejora de los medios coercitivos, adaptados a las situaciones de alta peligrosidad que se registran en centros como Estremera.
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Incremento de plantilla y cobertura total de las vacantes, ajustando la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) a las verdaderas necesidades del centro.
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Formación continua y especializada para afrontar situaciones de conflicto y garantizar una gestión eficaz de los episodios violentos.
El sindicato ha recordado que el centro penitenciario de Estremera, uno de los más grandes y con mayor presión operativa de la región, arrastra importantes déficits de personal y recursos desde hace años, lo que multiplica la exposición a riesgos y dificulta una intervención adecuada ante incidentes graves.
Situación general en prisiones
Este nuevo ataque se produce en un contexto en el que los sindicatos del sector penitenciario llevan tiempo denunciando una escalada de violencia en las cárceles españolas. La falta de medios humanos y materiales, unida a la no equiparación con otros cuerpos de seguridad, hace que el personal penitenciario se sienta desprotegido frente a situaciones de extrema tensión.
CSIF ha exigido al Ministerio del Interior una respuesta inmediata y contundente que incluya tanto reformas legislativas como dotación presupuestaria suficiente para reforzar la seguridad en los centros penitenciarios y garantizar la integridad de sus trabajadores.
Mientras tanto, la funcionaria agredida continúa recuperándose de las lesiones, y el sindicato ha puesto a su disposición apoyo jurídico y psicológico si así lo requiriera. La agresión ha sido ya notificada a las autoridades competentes y se espera la apertura de un expediente disciplinario al interno implicado, así como posibles acciones penales.
“No podemos permitir que nuestros compañeros y compañeras acudan a su puesto de trabajo con miedo. La Administración tiene la obligación de protegernos”, ha declarado un portavoz de CSIF Estremera.