Catedral de Justo Gallego

Vecinos de Mejorada del Campo rechazan que la catedral de Justo albergue un espacio multiconfesional

La conversión de la catedral de Justo en centro multiconfesional, con espacio para rezo musulmán, enfrenta a vecinos y a Mensajeros de la Paz

Catedral de Justo Gallego
photo_camera Catedral de Justo Gallego

La catedral de Justo Gallego en Mejorada del Campo (Madrid), levantada durante más de seis décadas con materiales reciclados por el albañil y ex monje Justo Gallego Martínez, se ha convertido en el centro de una intensa polémica tras la decisión de Mensajeros de la Paz, la ONG del padre Ángel, de habilitar en su interior un espacio multiconfesional.

Vecinos del municipio expresan su indignación porque consideran que se ha desvirtuado el sentido original del proyecto. Recuerdan que Gallego, fallecido en 2021 a los 96 años, siempre defendió que la edificación debía ser un templo católico, en honor a la Virgen del Pilar y al Apóstol Santiago.

Un proyecto de vida convertido en polémica

Tras la muerte de Justo, la obra —de más de 4.700 metros cuadrados— pasó a manos de Mensajeros de la Paz, que la definió como un “centro social y espiritual” abierto a creyentes y no creyentes. En la zona proyectada como baptisterio se han habilitado dos áreas: una sala de oración musulmana y un oratorio multiconfesional que puede funcionar como sinagoga.

El contraste resulta evidente: a pocos metros de imágenes bendecidas de la Virgen del Pilar y de Santiago Apóstol, símbolos del fervor católico de Don Justo, se ubica ahora un espacio destinado al rezo islámico. Para muchos residentes, esta decisión supone una falta de respeto a la memoria y devoción del creador.

Críticas vecinales y defensa de la ONG

Vecinos denuncian también la desaparición de imágenes religiosas católicas y la incorporación de elementos ajenos al estilo del albañil, como banderas o figuras decorativas. Algunos cuestionan además que la catedral se utilice para celebraciones sociales, lo que consideran incompatible con la finalidad original de Justo.

En cambio, Mensajeros de la Paz defiende que el templo se ha convertido en un espacio de encuentro, solidaridad y oración. En su web, lo describen como un “oasis para los olvidados del sistema”, subrayando que se colabora con entidades como Cáritas y que la iniciativa no ha recibido quejas formales.

El legado de un hombre frente al presente

La historia de Justo Gallego ha inspirado a generaciones: un hombre que, tras enfermar de tuberculosis y abandonar la vida monástica, prometió levantar una catedral en agradecimiento a Dios. Sin formación en arquitectura, dedicó 60 años de esfuerzo personal, utilizando materiales reciclados y la ayuda esporádica de voluntarios.

Hoy, el futuro de su proyecto se debate entre dos visiones: la de quienes reclaman respetar la intención original de construir un templo católico y la de quienes defienden que la obra se convierta en un símbolo de convivencia interreligiosa.

La controversia sigue abierta en Mejorada del Campo, donde la catedral —ya conocida como la “Catedral de la Fe”— se erige como símbolo de perseverancia, pero también de división sobre su verdadero legado.