El Consejo General de Ciudadanía ha hecho pública su agenda estratégica para el horizonte 2030, una propuesta que busca redefinir el papel de la ciudadanía en la arquitectura democrática del país, reforzar la cohesión social y territorial y dar respuesta a los desafíos emergentes en materia de derechos, sostenibilidad y gobernanza.
Una gobernanza inclusiva para una ciudadanía más fuerte
Uno de los ejes centrales de esta agenda es el refuerzo de la participación ciudadana a través de mecanismos permanentes de consulta, deliberación y cogobernanza. El Consejo reclama una reforma institucional que garantice una interlocución estable entre los ciudadanos y las estructuras del Estado, superando los modelos consultivos puntuales. El objetivo es construir un marco deliberativo con capacidad de influencia real en las políticas públicas.
Igualdad y derechos sociales como prioridad
En el plano social, el Consejo señala que la próxima década será decisiva para blindar derechos fundamentales como la educación, la sanidad y la vivienda, así como para afrontar las nuevas desigualdades generadas por la digitalización, el envejecimiento poblacional y la precariedad laboral. En este sentido, se aboga por una revisión del modelo de protección social con perspectiva de ciclo vital, para adaptarse a los cambios demográficos y sociales del país.
La España despoblada, en el centro de la agenda
Uno de los apartados más relevantes del documento es el que aborda el desequilibrio territorial. El Consejo pone el foco en la “España vaciada” y exige una política de cohesión territorial ambiciosa, con medidas que aseguren el acceso igualitario a servicios básicos y oportunidades en todo el territorio. La falta de conectividad, el cierre de infraestructuras públicas y la brecha digital son identificados como obstáculos urgentes que deben ser superados.
Sostenibilidad democrática y transición ecológica
En clave de futuro, el Consejo plantea la necesidad de fortalecer una cultura cívica democrática, en un contexto de desafección política y polarización creciente. Además, se compromete con una transición ecológica justa, que integre los principios de sostenibilidad y justicia intergeneracional como ejes transversales de todas las políticas.
La ciudadanía como actor de transformación
El documento concluye que el éxito de esta agenda dependerá de que la ciudadanía deje de ser solo objeto de las políticas públicas y pase a ser sujeto activo en su diseño y ejecución. El Consejo General de Ciudadanía llama a consolidar un modelo de democracia participativa que esté a la altura de los retos del siglo XXI.
Esta agenda 2030 del Consejo no es solo una declaración de intenciones, sino una propuesta concreta de reforma institucional, social y territorial que busca asegurar una democracia más resiliente, equitativa y cercana.