Según el estudio publicado este viernes, la productividad de los empleados disminuye entre un 2 y un 3% por cada grado centígrado que supera los 20 °C.
Un estudio basado en cinco décadas de investigación
El informe, titulado Climate change and workplace heat stress (Cambio climático y sobrecarga calórica en el lugar de trabajo), se sustenta en cinco decenios de investigación y evidencia científica. Incluye una guía de recomendaciones técnicas para proteger a los trabajadores, subrayando que “el aumento de las temperaturas afecta gravemente a la salud y la productividad de los trabajadores”.
De acuerdo con la OMM, 2024 fue el año más caluroso registrado, y cada vez es más habitual que las temperaturas diurnas superen los 40 °C e incluso los 50 °C, lo que representa un “claro indicio de que es necesario actuar ya” para mitigar los efectos de la sobrecarga calórica.
Riesgos del calor extremo para la salud
La secretaria general adjunta de la OMM, Ko Barrett, declaró que “la sobrecarga calórica ocupacional se ha convertido en un desafío social en todo el mundo, y ya no afecta solo a los países próximos al ecuador, como lo demuestra la reciente ola de calor en Europa”. Barrett añadió que proteger a los trabajadores del calor extremo no es solo un imperativo de salud, sino una necesidad económica.
El informe destaca que la frecuencia e intensidad de los episodios de calor extremo ha aumentado de manera considerable, afectando tanto a trabajadores al aire libre como en interiores. Entre los riesgos señalados se encuentran:
- Insolación y golpes de calor
- Deshidratación
- Disfunción renal
- Trastornos neurológicos
Estas condiciones representan amenazas directas para la salud y la seguridad económica a largo plazo. Aproximadamente la mitad de la población mundial está expuesta a las consecuencias adversas de las altas temperaturas.
Recomendaciones para proteger a los trabajadores
El informe hace un llamado a desarrollar planes de acción ocupacionales frente al calor, adaptados a sectores y regiones específicas y formulados en colaboración con empresarios, trabajadores, sindicatos y expertos en salud pública.
Entre las medidas sugeridas se incluyen:
- Elaborar planes personalizados que consideren las condiciones meteorológicas locales, el tipo de trabajo y la vulnerabilidad de los empleados.
- Prestar especial atención a trabajadores de mediana edad o mayores, personas con afecciones crónicas y aquellas con menor condición física.
- Impulsar programas de educación y sensibilización dirigidos a personal de respuesta inicial, profesionales de la salud, empleadores y trabajadores, para identificar y actuar ante los primeros síntomas de sobrecalentamiento.
- Involucrar a todos los sectores relacionados con el trabajo, incluyendo empresarios y sindicatos, en la implementación de estrategias preventivas.
El informe concluye que adaptar los lugares de trabajo al aumento de las temperaturas es vital no solo para preservar la salud de los empleados, sino también para garantizar la continuidad y eficiencia económica en un contexto de cambio climático.