El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha iniciado una ronda de contactos con ministros y dirigentes socialistas desde el pasado viernes con el objetivo de gestionar con “contundencia” la crisis interna generada tras la dimisión de Santos Cerdán como secretario de Organización del PSOE, implicado en el caso Koldo por presuntas adjudicaciones irregulares de obras públicas, según informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Sánchez se trasladó a la finca de Quintos de Mora (Toledo) el viernes, donde se ha recluido durante el fin de semana para analizar la situación y tomar decisiones. Fuentes del entorno presidencial aseguran que el líder socialista “está fuerte” y plenamente decidido a atajar la crisis, a diferencia de su postura durante los días en que se planteó su continuidad al frente del Gobierno, lo que culminó en su recordada carta pública.
Desde La Moncloa se han confirmado contactos con fuerzas parlamentarias, socios habituales del Ejecutivo, para ofrecer explicaciones y garantizar la estabilidad política. La prioridad de Sánchez es evitar una cuestión de confianza o un adelanto electoral, opciones que, según fuentes internas, “supondrían entregar el PSOE a los leones”.
En esa línea, el presidente ha descartado públicamente convocar elecciones anticipadas y ha centrado su estrategia en reforzar la dirección del partido. El próximo Comité Federal del PSOE, que se celebrará el 5 de julio en Sevilla, será el escenario donde se aprobarán cambios clave en la Comisión Ejecutiva Federal, incluidos el relevo de Cerdán y una auditoría externa de las cuentas del partido, con el fin de restaurar la confianza interna y ciudadana.
A pesar de estos movimientos, dentro del PSOE persisten voces críticas que consideran insuficientes las medidas anunciadas. Algunos altos cargos reclaman una reestructuración más profunda, mientras que otros dirigentes han señalado que la salida de Cerdán puede representar un “fin de ciclo” para el actual modelo de liderazgo en el partido.
En paralelo, María Jesús Montero y otros ministros han adelantado actos públicos y mantenido conversaciones con el presidente durante el fin de semana, evidenciando la actividad inusual y la tensión interna. La ministra de Defensa, Margarita Robles, recibió una llamada durante un acto oficial con el Rey en Murcia, abandonando el evento para atender directamente al presidente.
Las especulaciones sobre el futuro del ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, también han comenzado a circular, tras conocerse que podría ser mencionado en un próximo informe de la UCO, lo que aumenta la presión sobre el Ejecutivo en los próximos meses.
Por ahora, el presidente mantiene su calendario político, con elecciones previstas para 2027, y ha trasladado a su entorno más cercano que no contempla cambios en ese horizonte. En su comparecencia del pasado jueves, Sánchez pidió “perdón” a la ciudadanía por los hechos conocidos, reiteró su compromiso con la regeneración democrática y dejó claro que la lucha contra la corrupción será una “línea roja inquebrantable”.
Los movimientos del presidente se leerán con atención este lunes, cuando se reúna con la Ejecutiva del PSOE en la sede de Ferraz. Será su primer gran mensaje tras la renuncia de Cerdán y se espera que detalle la hoja de ruta para la nueva etapa del partido. En juego no solo está la estabilidad del Gobierno, sino también la cohesión interna del PSOE ante una de sus crisis más delicadas en los últimos años.