El lehendakari, Imanol Pradales, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sellaron este martes un importante acuerdo político e institucional para desbloquear la participación de un consorcio vasco en el control de Talgo, con el respaldo de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). La operación garantizará el futuro de la compañía ferroviaria en Euskadi, donde genera más de 700 empleos directos y cerca de 5.000 indirectos.
En una comparecencia desde La Moncloa tras la reunión, Pradales destacó que se ha logrado “encauzar definitivamente” la implicación estatal en esta operación industrial. Según explicó, la SEPI actuará como socio acompañante, aunque evitó concretar los detalles del pacto, que se formalizarán en las próximas semanas.
Este compromiso, que responde a una de las principales demandas del Gobierno vasco, refuerza el tejido productivo del País Vasco y permite consolidar su liderazgo en el ámbito ferroviario, una industria estratégica en la comunidad autónoma.
Exigencias de cumplimiento y críticas a la descoordinación
Junto al acuerdo sobre Talgo, el lehendakari subrayó otros compromisos alcanzados con el Gobierno central, como el traspaso de competencias en materia de prestaciones familiares no contributivas de la Seguridad Social, salvamento marítimo, seguridad y salud en el trabajo, y gestión del seguro escolar.
No obstante, advirtió que no se han cumplido todos los compromisos pactados y reclamó a Sánchez que “ponga orden” en su Ejecutivo, denunciando la falta de coordinación y lentitud en algunos ministerios para ejecutar lo acordado con el Partido Nacionalista Vasco (PNV).
“La confianza cuesta mucho ganarla y muy poco perderla. El Gobierno de Euskadi es serio, de palabra, y no es de recibo que al otro lado a veces no nos encontremos con esa misma seriedad”, manifestó el lehendakari, quien consideró que el Ejecutivo central deberá superar una ‘reválida’ antes de fin de año, cuando se celebrará una nueva comisión bilateral de seguimiento.
Cuatro traspasos clave para Euskadi
Durante la Comisión Bilateral de Cooperación, también presidida por Sánchez, ambos gobiernos formalizaron cuatro nuevas transferencias:
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Gestión de prestaciones familiares no contributivas y subsidio especial por nacimiento, que pasarán a manos del Ejecutivo vasco.
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Traspaso de medios patrimoniales del Estado para reforzar los servicios de Seguridad y Salud en el Trabajo.
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Transferencia de funciones en Salvamento Marítimo en aguas interiores y territoriales del litoral vasco.
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Gestión de las prestaciones económicas del Seguro Escolar, actualmente bajo responsabilidad del Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Estos traspasos refuerzan la agenda de autogobierno pactada entre el PNV y el PSOE, en un momento de tensión política marcado por presiones desde ERC, exigencias de Ayuso contra las “cesiones” a Cataluña, y el trasfondo de investigaciones por corrupción en las filas socialistas.
El diálogo como método, pero con resultados
Pradales expresó su deseo de que la reunión de este martes marque un punto de inflexión y reiteró que el valor de la política y de las instituciones reside en el cumplimiento de lo acordado. "El tiempo corre, el calendario interpela y el pacto obliga", declaró, remarcando la necesidad de actuar con más altura de miras y dejar al margen las luchas internas del Gobierno estatal.
La reunión, que se alargó más de tres horas, también abordó asuntos como la gestión migratoria, la inversión en redes eléctricas y el estatus del euskera en la Unión Europea, aunque sin resultados concretos anunciados en estos puntos.
El lehendakari insistió en que el impulso que necesita Euskadi no puede depender de los "líos del Estado" y reiteró la disposición de su Gobierno a cumplir con su parte, siempre que el Ejecutivo central actúe con la misma responsabilidad.