La izquierda de hoy (extrema izquierda) y el actual nacionalismo convertido en separatismo radical, han utilizado métodos hipócritas en los últimos años para destrozar la sociedad española. Uno de esos métodos ha sido lo que yo denomino el asesinato civil, un asesinato también violento y cruel, aunque disimulado y sutil. Hace unos años surgió Vox con sus representaciones parlamentarias, y comenzó a denunciar este vil crimen civil, ya que nadie se atrevía ni se atreve a cuestionar poderes, abusos, corrupciones y bajezas. Vox también nació para denunciar la nueva represión, represión de la que se han vuelto expertos los nacionalismos separatistas y todo el conjunto de la izquierda, y es que con esta represión a veces se les escapa su eterno tic de la violencia física (o que se lo pregunten a los integrantes de las carpas informativas de Vox), y la llevan a cabo destruyendo el buen nombre de España. Este gobierno corrupto nunca ha tolerado ni tolera la crítica emergente de la moralidad de Vox, y además, la persigue con saña. La tiranía de gobiernos izquierdistas y separatistas se instauró hace tiempo en nuestra nación, en todos los rincones, donde Vox denuncia el sometimiento que sufre el ciudadano a base de escarnio y acoso, y que arruina, destruye y provoca miedo y dolor, es decir, lo aboca a la muerte civil. Vox lucha a diario para que estos gobiernos no ridiculicen, golpeen, o maten la esencia de lo que es ser español. Vox lucha por las calles y plazas para que el español no sienta la impotencia a la que le tiene sometido la vertiente política zurda y el nacionalsocialismo de los separatistas.
