Al hilo de las tablas

Tardes de Bolsín

En muchas ocasiones he escuchado decir que una fiesta no se puede celebrar sin una entregada vivencia de la víspera, y que cuanto más grande es la víspera, más grande es la fiesta. El Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo está perfectamente dotado de vísperas, con lo que desde hace décadas se ha dado en llamar Precarnaval cultural. Este precarnaval no ha sustituido, ni mucho menos desplazado a las tradicionales fiestas litúrgicas de San Antón, San Sebastián y san Blas, que lanzaban a las gentes de forma a inevitable a la gran fiesta carnavalera. Podemos decir que se ha reforzado de manera extraordinaria con los pregones del Caballo, y la de la Peña Puerta del descierro. Este año han sido los encargados de aportar cultura, colorido, vivencias e ilusión por las fiestas venideras el corredor de encierros y comentarista Teo Lázaro en la Asociación del carnavaldeltoro.es; los grandes ganaderos andaluces hermanos De La Puerta en la Peña El Caballo, el matador de toros Domingo López Chaves en la Asociación charra del Caballo y el escritor taurino Paco Cañamero en la Peña Puerta del Desencierro. Ya a las puertas de las fiestas Gonzalo Bienvenida y Rubén Amón, pregonarán el carnaval por orden del Bolsín Taurino y del ayuntamiento, en el pregón mayor, respectivamente. 

Pero el Precarnaval del toro de Ciudad Rodrigo, lo configuran de la manera más amplia y profusa, las ocho tientas del Bolsín, que ocupan los cuatro fines de semana previos a las fiestas grandes y se enraíza en siete décadas de historia. Dando la posibilidad a cincuenta novilleros sin picadores de llegar a ser triunfador, para matar un festival con figuras, el martes en el peculiar coso taurino levantado en la plaza mayor; a la vez los cuatro clasificados tras él, actúan el domingo en una novillada sin caballos.

El Bolsín de Ciudad Rodrigo, iniciativa original, y tantas veces repetida es una singular experiencia en sí misma, al margen de resultados y siempre condicionado por las circunstancias históricas de cada momento. Una experiencia para novilleros, que viven nervios e incertidumbres, y la bondad y dureza de los animales; así como para los ganaderos, que aportan gratuitamente, no sólo la bravura de sus vacas; si no que con total gratuidad exponen la fama de su ganadería a críticas y alabanzas. También para el aficionado que lleva décadas poblando las gradas de la confortable plaza del Hotel Conde Rodrigo II, y desplazándose a aquellos lugares donde se celebran las primeras tientas. Un gran conjunto de vivencias personales, irrepetibles e intransferibles, que llenan de vida los recuerdos de todo aquel que ha vivido las tardes de Bolsín.  Pues constituye una experiencia inolvidable, tanto para el que ha estado una sola vez, como el que lleva tres décadas sin perderse una tienta.  Podemos decir sin rubor, que el Bolsín donde los resultados siempre importan, pero son superados por las fuertes experiencias que se viven.

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