La mirada de Ulisas

Ojalá que el resto de los rehenes vuelvan a Israel

LA MIRADA DE ULISAS está que no cabe de la dicha por el rescate y el regreso a casa de los secuestrados que liberó el ejército israelí en Gaza en una delicada y peligrosa operación. Noa Argamani, Meir Jan, Andrey Kozlov y Shlomi Zvi; cuatro víctimas inocentes que aguantaron un infierno ya se hallan en libertad. Presencié con mi mirada en lágrimas de alegría escenas altamente emotivas del reencuentro con la vida y la familia de cada rehén.

Un operativo exitoso fue desplegado para la liberación de estas cuatro personas privadas de la libertad por Hamás, pero durante el salvamento lamentablemente el soldado Amon Zemora perdió la vida. Que en paz descanse. Su memoria se hace heroica. Los secuestrados se encontraban en casa de civiles y parece que cuando fueron rescatados se abrió fuego y se dio la complicidad de la población civil para evitar el operativo. Recuerda la algarabía que sintieron los habitantes de Gaza cuando supieron de las matanzas y de las destrucciones. Gaza estaba en júbilo. Lo que implica que parte de la población civil tampoco es tan inocente y se siente involucrada en la lucha.

Y luego los cuentan como muertos con condición de civiles y no de terroristas en guerra como lo son realmente. Y cuando se habla de declarar a Israel en la lista negra de la ONU con los países más totalitarios del mundo, siendo que Israel es la única democracia probada en la región, uno se pregunta qué le está ocurriendo a los gobiernos y a la gente que no quieren ver clara la situación de una nación atacada vilmente el 7 de octubre con una masacre, que no tiene nombre y menos perdón.

Aún por parte del mismísimo diablo que debió pensar que se sobrepasaron todos los límites de lo demoníaco con depravaciones, que harían sonrojar hasta el mismo satanás. Noa cuando fue raptada le entregó una cara de espanto al mundo pidiendo auxilio, que la salvarán de semejantes garras y sólo ocho meses después de una escena tan dramática que desgarró corazones a nivel mundial, vemos sonrisas en su rostro. Regresa para despedir a su madre hospitalizada ya en agonía. Pero los milagros existen y Noa retorna a los brazos de su mamá, que no sólo ha padecido los estragos de su enfermedad terminal sino el dolor de la ausencia de su hija, que mostró sangre y dolor en el momento del secuestro.

La vuelta a casa de estos cuatro personajes se vive con inmensa alegría. Todo Israel está conmovido por esta valerosa hazaña que reintegra a sus hogares a cuatro de los 120 secuestrados, que aún permanecen en poder de los terroristas de Hamás, luego de padecer el calvario del encierro y del maltrato. ¡Sin saber cuántos están vivos, porque Hamás se niega a negociar! ¿Por qué? El mundo pide que cese la guerra y no exigen la devolución inmediata de los secuestrados. ¡La injusticia no puede ser tan injusta! También ella debe tener límites como la maldad y lo que involucra la perversión y la distorsión. Los ojos no pueden estar tan nublados ni las almas tan ciegas. Y la mirada de Ulisas sabe que se puede y se debe ver con justicia.

Hora de un despertar colectivo para enderezar los rumbos de la Humanidad, que pide a gritos que el mundo se viva con cordura y no en las locuras, que se ven por doquier, con la pérdida del valor de la vida. Parece que se jugara con ella como si ya estuviéramos de manera anticipada en un mundo virtual, donde se pierde pie con la realidad. ¡Acaso ya entramos al universo del Metaverso! Con una posrealidad en un espacio multiusuario continuo y persistente que incorpora la realidad física con la virtualidad digital y donde todo es permitido al crear un entorno de ilusiones y espejismos. Figuraciones que pueden terminar muy mal igual que la ideología del terrorismo que siembra maldad y desolación a su paso.

Ojalá los adelantos sirvan para mejorar y no para empeorar a la Humanidad. Vivamos en poesía y no en muertes. La poesía es vida y eso es lo que precisamos; vida y más vida como la trajeron estos cuatro seres que volvieron a contarnos que, a pesar de sus infinitos desasosiegos, angustias, temores y desvelos, la vida les pudo. Y están vivos para darnos una lección de valentía y de amor a la existencia. Ojalá que el resto de los rehenes vuelvan a Israel sanos y salvos. Es el anhelo de todo ciudadano con corazón. 

Más en Opinión