«Queridos Reyes Magos:...». Tras este encabezamiento, millones de niños y niñas comenzarán en breve a enumerar una interminable lista de juguetes... Eso sí, siempre que se hayan portado bien, y a los pies del árbol navideño, habrá hueco para muñecos de superhéroes para ellos y muñecas para ellas. ¿O será justo lo contrario? Esa es la pregunta que en los últimos tiempos parecen hacerse desde la industria del juguete. Como siempre que se acercan las fechas navideñas, las cadenas jugueteras editan su catálogo de productos, y si se hojean las páginas de los citados catálogos encontramos algunas diferencias: niñas empuñando ametralladoras de juguete, niños jugando a las «casitas»... Dicho de otro modo: se trata de catálogos de juguetes «unisex»... ¡Qué vergüenza, qué inmoralidad, qué timo ético, qué engaño fraudulento! El debate acerca del género ha tomado fuerza durante los últimos años en toda Europa, tanto que las fábricas del juguete han tenido que realizar muchos ajustes. De hecho, muchas de estas industrias del ámbito del juguete han recibido duras críticas por supuestas prácticas de sexismo: sus catálogos mostraban a niños vestidos como superhéroes y a las niñas como princesas, y eso, a las nuevas ideologías de género no les gusta, y estas ideologías están apoyadas por las élites. Lanzo una cuestión al aire: ¿los juguetes colaboran a perpetuar estereotipos machistas? Yo creo que no... Y es más, con las nuevas modas lo que se hace es propaganda dictatorial del perverso feminismo radical. ¿Qué quiero decir con todo esto? Lo explicaré con un ejemplo: «No debemos pretender que niños y niñas jueguen a lo mismo, porque no lo van a hacer, aunque tengan el mismo juguete. Si una niña ve una paloma en una plaza, intenta darle de comer miguitas de pan, pero si es un niño, seguramente intentará cogerla». ¡No intenten cambiar el signo de lo natural! Al o a la que se le ocurre cambiar el curso de lo natural, es para encerrarlo/a en un psiquiátrico.
