¿Nunca les ha dado por pensar qué hábitos vamos a tener que reducir en nuestra civilización en un futuro no muy lejano? Sabemos que ya existe un nuevo orden mundial dominado por las perniciosas élites. En la política, en la economía y en el derecho, este nuevo orden mundial ha dado un giro espectacular al planeta, y nos encontramos ya en un mundo más injusto y menos equitativo. Desde hace un tiempo gozamos de una vida menos natural, con más consumismo superfluo, y pendientes de una falsa protección del ecosistema. En este nuevo orden, los medios digitales y la inteligencia artificial se desarrollan ya a tan alto nivel, que de aquí a nada el ser humano será dependiente absoluto de ellos. En cuanto a las relaciones sociales, ya son más distantes, y la concienciación de afecto a las personas no ha mejorado. El mundo de hoy contempla un entorno natural que se degrada poco a poco, y profesiones de siempre como la docencia caen a un abismo controlado por la lascivia de las élites. El progresismo, controlado también por los elitistas, ya intenta la eliminación de la potestad de los Estados soberanos. Desde hace ya un tiempo, la intranquilidad del ser humano se concentra en esos canallas podridos y ansiosos de poder, canallas gubernamentales, esclavos del elitismo, en cuya filosofía no entran los principios de honradez, esfuerzo, superación, respeto y responsabilidad. ¿Se le han olvidado estos principios a la humanidad? Como dice esa famosa cita : “El tiempo nos lo dirá todo, y el ser humano decidirá”.
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