El desván de Lorca

Francisco García Lorca, diplomático en Bélgica y ruptura de relaciones diplomáticas entre España y Bélgica (2ª parte)

Es importante narrar la situación política belga y la situación de preguerra europea que se vivía en Europa.

En 1934 es entronizado en Bélgica el monarca Leopoldo III. En su mente llevaba la idea de una posición de neutralidad ante los acontecimientos que sucedían en Europa, con motivo de la ocupación de Renania por las tropas de Hitler. El primer ministro Van Zeeland intentó una política de acercamiento al Régimen nazi que fue frenada por el monarca y el ministro de Asuntos Exteriores el socialista Spaak.

El espaldarazo se produjo cuando el rey pronunció un discurso afirmando esa neutralidad. En las elecciones de 1936, León Degrelle, fundador del partido fascista y pronazi Rex, obtiene el 10% de los votos mientras los partidos tradicionales forman un Gobierno de coalición entre católicos, liberales y socialistas que duró hasta principios de 1939, sería este gobierno de coalición presidido por Paul Henri Spaak, el que acordaría la ruptura con el gobierno republicano, el gobierno belga inició un acercamiento, discreto al principio y más evidente después, a la diplomacia del bando sublevado. 

La ruptura de relaciones diplomáticas se confirmó meses después en la siguiente carta enviada por Francisco a su hermana Isabel con fecha 6 de diciembre de 1938, confirma que aún no ha salido de Barcelona con destino a Bruselas, por el motivo de la ruptura de relaciones diplomáticas entre el Gobierno republicano español y el Gobierno belga. 

Mientras se consumó el hecho histórico de ruptura de esas relaciones diplomáticas Francisco seguiría ejerciendo su labor en Bruselas  y asistiría a  la celebración de la Conferencia Internacional de los Ocios de los Trabajadores los días 29, 30 y 31 de marzo de 1938, designándose  a Francisco en representación del Ministerio de Trabajo y Asistencia Social cuyo ministro era el miembro de ERC, Jaime Aguadé Miró. El 15 de julio de 1938, Francisco envió por valija diplomática la correspondiente Memoria y documentación al ministro.

Unos meses antes de la Conferencia, y ante la inminencia de que Francisco fuera movilizado a la guerra de España, su hermana Isabel embarca para Estados Unidos a instancias de Fernando de los Ríos. Allí ejercía de embajador desde septiembre de 1936. Fue el primer domicilio de Isabel en Norteamérica.

En una carta enviada por Francisco a Isabel  el 27 de septiembre de 1938 le relata lo siguiente:

“Queridísima Isabelita:

Recibí vuestro telegrama anunciándome tu feliz llegada a América. Espero que me escribirás pronto qué tal viaje hiciste. La situación se está poniendo tan grave que cada vez me alegro más de haber tomado la decisión de enviarte a Washington. Como comprenderás para mí es una gran tranquilidad pensar que estás lejos de lo que se avecina. Aquí en Bélgica hay mucha esperanza de que, si lo peor llega, este país puede mantenerse alejado del conflicto. Veremos. (Se refería a los prolegómenos de la segunda guerra mundial.

Francisco es llamado a Barcelona en octubre de 1938 en calidad de movilizado para incorporación a filas procedente del reemplazo de 1923 y a la vez trasladado al Ministerio de Estado en Barcelona (el ministro era Julio Álvarez del Vayo). Salió a través de Perpiñán el 8 de octubre de 1938. El 27 de octubre es declarado apto por el tribunal médico militar para servicios auxiliares. 

A finales de octubre de 1938 Francisco es testigo de la retirada de los brigadistas internacionales principalmente por el Puerto de Barcelona. En una carta enviada desde Barcelona a su hermana Isabel relata lo siguiente:

“El acto fue verdaderamente impresionante. Las calles estaban literalmente desbordantes de gente que los aclamaba. El desfile de nuestras tropas regulares fue magnífico. Hay que acordarse de aquellos noticiarios de cine donde desfilaban las antiguas milicias para darse cuenta del esfuerzo realizado. No sé si los periódicos habrán dado a este acto la importancia que tuvo.”

El 4 de noviembre de 1938 es propuesto en su destino de movilización a la embajada de Bruselas en calidad de secretario primero es decir a su anterior destino.

Según una carta enviada nuevamente a su hermana Isabel con fecha 6 de diciembre 42 , confirma que aún no ha salido de Barcelona con destino a Bruselas, por el motivo de la ruptura de relaciones diplomáticas entre España y Bélgica, el texto es el siguiente: “Hemos roto relaciones (con Bélgica) y mañana llegan a Barcelona los embajadores. Como consecuencia de esta medida me encuentro de nuevo como llegué. No sé qué pensarán hacer conmigo. Hay, desde luego, muchas más probabilidades de que me envíen en puesto al extranjero. Si esto es así, ¿Dónde?”

El día 4 de diciembre se recibe un telegrama cifrado en el Ministerio de Estado enviado por el embajador de España en Washington, Fernando de los Ríos, futuro suegro de Francisco, en el que lo reclama en calidad de comisión de servicio para la mencionada embajada el texto es el siguiente:

“Si fuera posible a V. E. le agradecería profundamente se destinara a esta embajada en comisión para Secretario, García Lorca, si él lo desea.- Ríos”

Esta recomendación no surtió efecto y siguió destinado en Barcelona realizando varios servicios de su empleo como diplomático. El 26 de diciembre de 1938 acompaña desde Perpiñán al nuevo embajador francés en España.

El 14 de enero se recibe un telegrama cifrado en el Ministerio de Estado desde la embajada de Bruselas en el que se confirma la llegada el 8 de enero de 1939 de Francisco a dicha embajada. La misión era recoger la documentación y efectos de la embajada debido a la ruptura de relaciones diplomáticas y el cierre de dicha legación.

Desde allí escribe a su hermana Isabel una carta en la que da detalles de la situación:

Bruselas, 21 de febrero de 1939

Queridísima Isabel:

Te he empezado varias cartas que no he terminado porque los acontecimientos se han sucedido tan vertiginosamente que la carta de ayer no servía para hoy y porque no he podido terminar ninguna por otra serie de cosas: en primer lugar ha habido una enorme epidemia de gripe y yo he pagado mi tributo con unos cuantos días en la cama con asistencia de Goffin : beaucoup boire, etc. Ya estoy completamente bien. Además he estado ocupadísimo. Ya lo estoy menos. La principal ocupación ha sido tomar las medidas correspondientes a una eventual salida del edificio. Yo tengo la impresión de que dejaremos de ser lo que somos en un plazo muy breve. Plazo de días. ¿Después? No sé. Una cosa es clara: que en Bélgica no hay nada que hacer. No obstante tengo la.impresión de que me quedaré aquí hasta aclarar un poco las ideas y tomar una resolución. El tránsito es demasiado brusco para tener nada seriamente pensado.

Me dices que Estados Unidos sería un sitio posible y que hasta podríamos encontrar algo en qué ocuparnos. Es posible (…) Yo tengo la vaga idea de ir a América, pero antes de ir quisiera lograr (y no será fácil) un documento de papá autorizándome a cobrar los derechos de autor de algunos países de la América del Sur, que deben ser importantes. (…) Pero comunicar esto a Granada es difícil y me temo que, de hacerlo, aunque sea por persona interpuesta, por correo, se malogre el asunto. Pues según la legislación de la España facciosa (¿Cuánto tiempo todavía facciosa?) no se puede tener dinero en el extranjero. (…)Pues sí querida Isabel. Hay que tomar las cosas con serenidad y calma.

Hay que resolver el problema personal que se plantea y yo espero que se resolverá.

No tengo la menor inquietud. Afortunadamente tenemos una cierta capacidad de resistencia, y una vez resuelto esto, a esperar una vuelta decorosa a España, cuando uno pueda volver a ser lo que ha sido hasta hoy….”En esta misma carta le escribe unas líneas a la que unos años después sería su esposa, Laura de los Ríos:

“… Nos han tocado unos tiempos duros. Y sucios. Pero esta parte siente el temor creciente de que la suciedad empieza a rodearnos. Es posible que paguen pronto el precio de la cobardía. Yo no quisiera que esta liquidación me cogiera en Europa. Allá ellos. Yo creo sin embargo que nada catastrófico es inminente. Aún las democracias sufrirán muchas humillaciones, y todavía las derechas francesas e inglesas pueden vender a las dictaduras los intereses de sus países, a cambio de mantener sus patrimonios privados. La actitud no sólo es inmunda, sino torpe. Porque perderán la dignidad y, al cabo el dinero. Allá ellos. No me hago grandes ilusiones sobre el nuevo mundo. Pero al menos tiene una ventaja: estar lejos de este pudridero. Si pudiera arreglar pronto las cosas me iría para allá. Así que espero que nos veamos acaso pronto…”

Como vemos en esta carta se habla de cobrar los “importantes” derechos de autor de las obras de su hermano Federico como parte de las fuentes de vida de la familia en el futuro exilio y las dificultades para contactar con su padre en Granada heredero directo de los bienes del poeta. 

Salida de Bruselas camino del Exilio 

En mayo de 1939 Francisco llegó a Nueva York y un año después lo haría el resto de su familia desde Granada. La guerra civil fue ganada por los sublevados y el reconocimiento diplomático casi general al Régimen de Franco, haría que los diplomáticos fieles a la República quedaran sin cometido, y tuvieran que iniciar su huida al exilio.

En un documento fechado el 15 de octubre de 1940 con el encabezamiento del Ministerio de Asuntos Exteriores, se certifica que Francisco García Lorca, secretario de tercera clase no ha efectuado ninguna petición de reposición en su cargo, por lo que renunció a solicitar a las nuevas autoridades franquistas su reingreso en la carrera diplomática. 

Dicho documento contiene  el siguiente fallo: Que debemos confirmar y confirmamos por unanimidad con carácter definitivo a don Francisco García Lorca  en su actual situación de “separado del servicio”. 

Madrid 2 de noviembre de 1940. 

Como ya sabemos Francisco se casaría en 1942 con Laura de los Ríos Giner, en Estados Unidos y ejerció de profesor de literatura entre otras instituciones en la universidad de Columbia y regresaría a España en 1968. Falleció en Madrid en 1976.

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