La escultura de Gabarrón y sus valores democráticos

Cristobal Gabarrón participa en el festival Arte en Democracia. Festival Sculptura #2, en Bruselas, evento auspiciado por la Presidencia belga del Consejo de la Unión Europa. La serie “Twelve European Muses” del autor conformada por doce piezas de acero oxidado datadas en 1991, de la colección permanente del Parlamento Europeo, estará expuesta hasta el 10 de marzo en el Centro Tour & Taxis de la capital belga. Y parte de una serie más reciente “Siega Verde” completa la representación del artista, con cinco piezas que proceden del Parque de Esculturas Wesenberg en Berlín, ubicadas en el exterior de la Gare Maritime y que pasarán posteriormente al Museo de la Migración. Este último conjunto toma su nombre y se inspira en los grabados rupestres del yacimiento salmantino Siega Verde y que el escultor ha estudiado, atraído por el hermético mensaje e intemporalidad de sus inscripciones prehistóricas. Con esta aportación, se manifiesta de nuevo su sentir por los temas memorables de origen hispano y europeo, que hemos visto volcados en otros grupos escultóricos de su invención. En estas recientes obras está presente el color, como es costumbre en el artista, elemento primordial que ya fue destacado en su momento y tempranamente por el crítico francés Pierre Restany al definir a Gabarrón como el gran humanista del color. El color forma parte esencial de su obra, manifestado en los comienzos de su carrera cuando la labor exhibida en los iniciales años sesenta en Valladolid, revelaba ese significado en los fondos y figuras de los primeros lienzos. Por tanto, humanismo y color son componentes primordiales en la mayor parte de sus acciones creativas que veremos prolongadas hasta la actualidad.

Destaca en su escultura la asociación temática con determinados pasajes de la historia; el propósito le lleva a optar por determinadas líneas de investigación dirigidas a indagar en torno a momentos claves del pasado y del presente, seguramente guiado por el afán de compartir, de desvelar, de generar diálogos, de ansiar cercanías. En ese aspecto, algunas de las piezas de mayor relieve producidas en los últimos años incorporaron mensajes universales, están ligadas a figuras literarias, a hechos y acontecimientos, a creaciones que forman parte del patrimonio cultural de todos los tiempos. Un asunto fundamental en su ideario es el referente a los Derechos Humanos, a los principios que promueven la dignidad individual, la paz y la justicia, cuestión que le lleva a dejar testimonio en cuantiosas creaciones realizadas en distintos  soportes; una de las más relevantes es la instalación escultórica, “Universos de luz” (2015), nacida con la intención de celebrar el setenta aniversario de la creación de las Naciones Unidas; una gran esfera compuesta por espejos, rodeada y custodiada por 70 figuras bidimensionales dispuestas en un círculo que invita a la integración; cada una de ellas alude a la individualidad de las personas anónimas que Gabarrón interpreta unidas; el conjunto expresa la idea de movimiento y recuerda la variedad de  razas, culturas y religiones; la simbólica rueda inacabada custodia la esfera o globo terráqueo símbolo del espacio infinito e intemporal  

A tal efecto y en cuanto a trasladar al presente los valores universales que cruzan la historia sin desdibujarse, el escultor ha dejado abundantes muestras por medio de series que desvelan esa preocupación; entre tantas recordamos “Homenaje al Quijote” (2005) en el que otorga a los personajes nueva vida escénica y material por medio de la fibra de vidrio y la madera policromada. Y estos emergieron en su momento para celebrar el cuarto centenario de la edición de la obra de Cervantes. Sancho, Dulcinea o el Maese Pedro desvelaron sus rasgos psicológicos con total naturalidad y se ganaron el favor de quienes los contemplaron. Porque en realidad, las obras de Gabarrón son sociables, integradoras, conciliadoras y mantienen aquellas virtudes que han estado activas en la escultura de todos los tiempos, referidas a la representación de un tema, recuerdo o hito en la configuración de un edificio, parque o plaza. Y en su caso además son expresión de una personalidad, forjada en el conocimiento de la historia de la escultura, de las vanguardias abstractas europeas y de la apuesta personal por aligerar diferencias, por aunar culturas.