En la primera entrega de la saga de Indiana Jones, En busca del arca perdida, y antes de convertirla en un espectáculo ridículo, el arqueólogo, persiguiendo un medallón antiguo, trata de localizar a una antigua amante que pueda proporcionarle pistas sobre su paradero. En una de las escenas del film, en una especie de taberna, y cuando ya ha encontrado a la amante y ese tugurio está en llamas, la amante le exhorta: ¡Eres único para entretener a una dama! En España los políticos son Indiana Jones y los ciudadanos son la dama, y no se les puede negar su capacidad para distraernos mientras se calcinan nuestras energías, y lo hacen con grandes dosis de espectáculo y estruendo. Es una especie de juego del gato y el ratón, con censores censurados y mortales abandonos de escena para aparecer por otra puerta... ¿Qué tipo de puertas? Sí, las giratorias, pero no para salir, son para quedarse. En nuestro país, nunca el juego político y la descarnada lucha por el poder había sido tan descarada, y es que jamás el discreto encanto de la conspiración ha estado a la vista de todos. El disimulo elegante ya quedó atrás, en el tiempo, y es que la simple educación política ya no existe, y por supuesto que antes la gente era más discreta. Hoy todo es presa de las redes, y las grandes páginas digitales viven en océanos de noticias que se solapan vertiginosamente unas con otras buscando el mayor número de clics posibles que garanticen la viabilidad económica del negocio, aunque no sea más que para que la redacción pueda sobrevivir de forma medianamente digna. Me atrevería a decir y a reconocer, que hoy día el periodismo es oficio de héroes, pero en muchas ocasiones, esos héroes de cara a la galería, no son más que personajes de tebeo.
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