Tinta Viva

Días de oro y guirnaldas

María del Carmen Aranda
photo_camera María del Carmen Aranda

Al igual que el sol ilumina, la luna nos ofrece la otra cara del mundo. Su cielo nos permite ver las estrellas, estrellas frías y solemnes; silenciosas testigos de la otra realidad que impide ver la luz y nuevos caminos de esperanza. 

Si, son días en los que la felicidad en muchos corazones se hace obligación y en los qué en otros, llevan consigo la búsqueda del afecto y la comprensión. Días de oro y guirnaldas empañadas de tristeza por la falta de Paz en el Mundo.

Este es un poema dedicado a todos los niños cuya esperanza está impregnada de inocencia. Niños que nos enseñan la importancia de la unión y la amistad. Para ellos, para ti con mis mejores deseos de Paz, Armonía y Sincera Felicidad hoy y siempre.

¡Feliz Navidad!

 

NIÑOS DE LA TIERRA

En un lugar del Mundo

donde la arena hiere almas,

los niños corrían.

¡Corre! ¡Ven! 

¿A que no me pillas?

Sus pies descalzos al sol saludaban,

en una tierra humedecida de lágrimas.

 

Sobre el espeso y resbaladizo barro

huellas de ángeles perdidos. 

Piernas, cuerpos y caras,

salpicados de estrellas negras

salidas del oscuro fango.

 

¡Corre! ¡Ven!

Reían a carcajadas.

Llenando sus estómagos

de un aire vacío,

compuesto solo de palabras.

 

-¡Allá va una bola!

Una bola de barro

Uno de ellos decía.

Mientras el sueño plegaba sus párpados

 

La noche había caído

Ahora todos duermen.

 

En un lugar del Mundo

donde la arena hiere almas,

La Navidad había llegado.

 

¡Lo había conseguido!

Sus risas, al hambre conquistaron