Reflexiones Australes

La derecha gobernará en Chile

Se acaba el misterio. El 14 de diciembre los chilenos elegirán un nuevo presidente. Su nombre José Antonio Kast Rist, 59 años, abogado, exdiputado y representante del Partido Republicano. Es un hombre de derecha, sin complejos, sin dudas, y un chileno patriota. La izquierda chilena ha sucumbido una vez más. Los jóvenes “progresistas” han perdido su oportunidad, entre la ignorancia y la arrogancia. Se espera que Kast obtenga el 60% de los votos, en la segunda y definitiva vuelta electoral. La centroderecha desaparece, también los democristianos y todos aquellos que creen que los problemas de Venezuela, Cuba y Nicaragua se resuelven dialogando. Kast ya ha planteado las claves de su gobierno, empezando por recuperar la seguridad interna, controlar las fronteras, expulsar a los ilegales que sean delincuentes y minimizar el tamaño del Estado. Se reducirá el número de ministerios y se retomará el desarrollo económico como objetivo clave. No más lenguaje inclusivo, no más mala memoria histórica, no más listas de espera en hospitales y no más persecución a la policía. Tras la primera vuelta electoral, en que Kast llegó segundo, la derecha se ha unido y todos irán a la carga en contra de la comunista Jeannette Jara, quién ahora se declara de “centro”. Cual malabarista, reniega de su pasado y se presenta como defensora de la libertad, del mercado y de la seguridad interna. En Chile ya se respira otro aire, menos fétido. La bolsa sube, las inversiones se reactivan y Kast empieza a armar sus equipos de gobierno y también quienes representarán a Chile en el exterior. No más amigos oportunistas, no más “progres”, no más admiradores fanáticos de la ONU y sus filiales. Pronto Kast se reencontrará con Milei y Chile recuperará el respeto que nunca debió perder. Las calles y plazas que llevan el nombre de Salvador Allende irán siendo cambiadas por héroes de la Patria y figuras destacadas. No más veneración a un marxista que en tres años destruyó la economía y dividió a los chilenos. Se recuperará la cultura como algo transversal y no perteneciente a la izquierda ideologizada. Se intervendrá la educación, para que los niños aprendan de Chile, de sus valores y de sus tradiciones. No más lavado de cerebro en las escuelas públicas. La bandera chilena flameará en todo el territorio, sin competencia y con el debido respeto que ella se merece. El pueblo chileno se aburrió de las promesas de un gobierno inepto, de poca categoría y poco respetuoso de la experiencia de los mayores. En cuanto a la relación con España, no hay duda de que aumentarán los flujos de comercio y de inversión, en el entendido que el actual gobierno de España entienda, que Chile cambió. Chile no importará más ideas “podemistas”, o invitará a foros con Pablo Iglesias de expositor. Se acabó el recreo en Chile. Llegó la hora de trabajar más y no menos, de estudiar más y no menos. Las lagartijas no seguirán deteniendo los proyectos de inversión y los ambientalistas a ultranza, tendrán que moderar sus aspiraciones. Se siente, se siente, Kast Presidente.