DeepSeek, una empresa china de inteligencia artificial, lanza su modelo, revienta a ChatGPT en descargas y hace que las acciones de Nvidia se desplomen un 18%. ¿Qué ha pasado aquí? Muy fácil: caos, pánico y mucha gente corriendo a vender sin entender nada.
Los que subestimaron la jugada ya están llorando. Sí, es tecnología china, lo que para algunos automáticamente significa "copia barata". Pero resulta que estos tipos están compitiendo con una décima parte de los recursos y a un coste ridículo. ¿Una chapuza? No parece. DeepSeek abrió su código para que cualquiera pueda usarlo y modificarlo. ¿Gesto altruista? Ni de coña. Es una estrategia de dominación sutil. Si todos adoptan tu tecnología, mandas en el juego. Mientras tanto, en Silicon Valley, los ingenieros con visados temporales cruzan los dedos para no quedarse fuera.
Y aquí viene lo mejor: la necesidad de microchips sigue siendo brutal. Con IA, sin IA, con China, sin China. Los que vendieron sus acciones de Nvidia NVDA (NASDAQ) en pánico en unos meses estarán preguntándose qué demonios hicieron.
¿Es una estafa o el inicio de la próxima gran guerra tecnológica? China es experta en crear expectativas, anunciar proyectos impresionantes y… bueno, a veces no cumplen. ¿Te suena Evergrande o aquellas promesas sobre autos eléctricos que inundarían el mercado? Exacto. No es paranoia, es historia.
Así que ajusta tu cinturón, porque en 2025 la competencia ya no será entre Apple y Google… sino entre Hangzhou y el resto del mundo.
¿Quién ríe último? Spoiler: no los que vendieron en enero.