El sentido de mis letras...

Condes, señores, barones e hidalgos... rojos y azules

Primero de todo definamos barón : “título nobiliario con el que los reyes muestran su gratitud hacia ciertas personas”..., es decir, el siglo XVII en pleno XXI. El PSOE exhibía sus baronías y Pedro Sánchez otorgaba dominios a torpes, trepas e ineptos. Ahora Alberto Núñez Feijóo también cierra su círculo noble :  con dinero o sin dinero, hace siempre lo que quiere y su palabra es la ley. Estos señores ilustres gozan de derechos feudales, catalogados a la derecha del padre, que yerra por cobardía. Barones azules y barones rojos sin la ilustración de Montesquieu y con la desvergüenza del que luce su inmundicia, son barones por debajo en la jerarquía de los condes Sánchez y Feijóo, obedientes vasallos y discípulos del poder. Condes y barones obtienen compromisos unánimes derivados de falsas agendas reformistas que producen somantas de palos entre el vasallaje. Unos (los zurdos rojos) dicen que remontan a un país llamado España, y otros (los azulitos), afirman que desde las ruinosas Autonomías arreglan una nación llamada España, desecha por todos los costados. Todo ello es una foto familiar para el retrato del pintor de cámara, donde las cúpulas militares roja y azul dicen renovarse engañando a una ciudadanía ahogada y humillada... ¡Ay, perdonen! ¡Qué no son militares, son condes y barones!... Pero sigamos... Nosotros, los españolitos, por un lado, y ellos (condes y barones socialistas y populares), jugando a salvapatrias sin saber lo que significa patria : son políticos de medio pelo, unos al mando, y otros en una endeble, suave y tierna oposición... En fin, que estos condes y barones son lamentables parásitos de las castas (las élites). No confío en ellos, en rojos y azules, no se atisba en ellos un gesto inspirador : son como una mafia donde se ubican, reubican y se desubican para mejorar su posición social y política. Acabo diciendo que entre barones, señores e hidalgos rojos y azules, además de algún bufón aprovechado y varios rastreros y serviles, suman una buena cantidad de mimbres que pertenecen al ejército enemigo.