Zarabanda

En la cápsula de tiempo "Orwell toma café en Huesca"

En Huesca, en el Parque Miguel Servet, cerca de la cafetería Parque Bar, he depositado en una arqueta transformada en cápsula del tiempo, mi novela testimonial "Orosia". Es mi homenaje al clarividente, humano escritor, y gran hombre Eric Arthur Blair, más conocido como George Orwell, su seudónimo literario, uno de los mayores genios literarios del Siglo XX. 

Hoy, es fundamental leer y releer sus obras, en especial "Homenaje a Cataluña", "Rebelión en la granja", "1984" y "Escritor en guerra. Correspondencia y diarios (1936-1943)". Son premonitorias, y nos muestran la peligrosa senda que estamos recorriendo y la sima que al final nos aguarda.

La arqueta ha quedado cerrada y enterrada a los pies de un monolito de piedra arenisca de Uncastillo (comarca de las Cinco Villas. Zaragoza) que contiene un bajorrelieve, esculpido sobre una plancha de bronce de 120x70 cms., que representa a Orwell con una taza de café. Un retrato expresivo y algo expresionista inspirado en una fotografía del escritor tomada en el otoño de 1945, en su apartamento de Canonbury Road, por el fotógrafo Vernon Richard Estate. Su autor es el escultor oscense Javier Sauras y su título, "Orwell toma café en Huesca". Con este monumento se cumplía un deseo del escritor expresado en su obra "Homenaje a Cataluña" , publicada en Inglaterra en 1938.

Mi novela "Orosia" trata de la Guerra Civil española, como la suya, y se desarrolla en el mismo escenario en el que vivió y luchó de febrero a junio de 1937, y donde fue herido primero en una mano y después en el cuello por la bala de un francotirador. Los lugares que recuerda son los que transité en mi primer año de vida y la Torre de Lorenzo que cita (Torre de San Lorenzo), propiedad de mi abuela Gregaria, el hogar de mi familia, el lugar donde nací y donde murió mi padre. Por eso  se la dediqué y la inicié, a manera de preámbulo, con sus palabras:

"A cuatro kilómetros de nuestras nuevas trincheras se divisaba Huesca clara y diminuta como una ciudad de casa de muñecas. Meses antes, después de la caída de Siétamo, el general de las tropas gubernamentales había dicho alegremente: "mañana tomaremos café en Huesca". Estaba equivocado, se habían producido sangrientos ataques pero la ciudad no había caído, y lo de "mañana tomaremos café en Huesca" se había convertido en una muletilla popular en todo el frente. Si alguna vez vuelvo a España, me aseguraré de ir a tomar un café en Huesca. 

("Homenaje a Cataluña")

La muletilla del café era una frase que repetía mucho Orosia, mi madre. Además su santo era el 25 de junio, Santa Orosia, día en que nació el escritor.  Él no pudo tomar ese café porque no volvió a España, murió en 1950, con 47 años.

La dedicatoria, que escribí en 2015, dice: 

"A George Orwell, a quien me hubiera gustado invitar a un café en Huesca, y a Orosia, mi madre, que lo hubiera compartido muy a gusto con nosotros"

Ahora, antes de enviar mi novela a la cápsula del tiempo, añadí esta otra

"Por fin, hoy, 19 de mayo de 2024, a las once horas, me tomo con él un café en Huesca.
A mi maestro y amigo, George Orwell, con mi agradecimiento y todo mi cariño.
Huesca. Parque Miguel Servet"

Acompañan a mi "Orosia", en la cápsula del tiempo,  prensa del día de España e Inglaterra, monedas legales de ambos países,  folletos alusivos al acto, un ejemplar del libro "Homenaje a Cataluña " y la matriz de los bonos de 10 € emitidos y vendidos para costear el monolito erigido por suscripción popular. La iniciativa y el impulso para este obligado reconocimiento se ha debido a la Asociación Cultural Colectivo Ciudadano de Huesca y a la británica The Orwell Society, con la colaboración del Ayuntamiento de Huesca, del Foro empresarial de Huesca,  de la Hacienda inglesa, del Eton College, donde se educó Orwell, y  de Richard Bleir, su hijo. En total se recaudaron más de 30.000€.

La mañana de la inauguración del monolito y del homenaje al escritor era fresca y amenazaba lluvia, lo que no impidió que el acto fuera un éxito. Llenamos el espacio ajardinado elegido. Allí nos reunimos el pueblo de Huesca, las directivas y los miembros de los colectivos citados y la representación del Ayuntamiento. Había 18 integrantes de Orwell Society, venidos de distintos países, con el hijo del escritor, y  su actual presidente, Quentin Kopp, hijo del comandante de la tropa inglesa que estuvo al frente de nuestra ciudad. También es el director del Eton College. 

Nos acompañó la música del Muro Quartet. Sonaron: "Dos tricolores" de la Ronda de Boltaña, el "Anda jaleo, jaleo", que Lorca armonizó, y una adaptación de "Viva la 29 brigada". Fue un acto brillante y emotivo, que finalizó con un buen café de variedad arábica, recién tostado en nuestra ciudad. Con él brindamos por un hombre libre y sabio, amante de la justicia y la democracia, que le tocó vivir en un mundo convulso, ser perseguido, y participar en dos guerras. 

Para luchar contra el fascismo y a favor de la República, llegó a Barcelona el 26 de diciembre de 1936. Allí se incorporó a las filas del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), organización integrada por revolucionarios antiestalinistas y relacionada con el Partido Laborista Independiente británico (ILP). Recibió "lo que cómicamente llamaban instrucción", junto a compañeros que como él "de un arma lo único que sabían es que la bala sale por el cañón" ("Homenaje a Cataluña"). Con formación tan deficiente partió en enero de 1937 al frente de Aragón, primero a la Sierra de Alcubierre y Monte Oscuro, en los Monegros, y después, a mediados de febrero, al frente este de Huesca. "Fue un viaje en camión de unos ochenta kilómetros por aquella llanura invernal, donde las vides podadas apenas asomaban del aterrado suelo" ("Homenaje a Cataluña"). Su estancia en ese frente fue decisiva para él, sufrió y aprendió mucho, fue herido y tuvo suerte de sobrevivir. 

"Recorro la línea de centinelas, bajo las negras ramas de los álamos. Las ratas chapotean en la acequia de fuera y hacen tanto ruido que parecen nutrias. Al despuntar el día, el centinela andaluz, arrebujado en su capote, se pone a cantar. Al otro lado de la tierra de nadie, a cien o doscientos metros de distancia, se oye al centinela fascista qué también canta"

("Homenaje a Cataluña"). ¡Qué texto tan humano!

Permaneció hasta junio, y allí estaba cuando el 16 de ese mes fue disuelto el POUM y perseguidos sus miembros. En mayo, en un viaje a Barcelona había vivido los terribles sucesos allí acontecidos, la lucha de los comunistas estalinistas y de la propia república contra los anarquistas y miembros del POUM, acusados de trotskistas y fascistas. La concepción de la guerra era distinta para unos y para otros, los primeros querían ganarla a toda costa, para los segundos, guerra y revolución iban unidos. La sombra de Estalin llegaba muy lejos. 

El 23 de junio, junto con su esposa Eileen, cruzó por los Pirineos la frontera francesa, huían de la cárcel o de la muerte. No llevaba sus diarios de guerra, ni sus fotografías,  se los había requisado la policía a su esposa en el Hotel Continental, donde se refugiaron hasta poder escapar. Pero sus experiencias y sus vivencias iban con él. 

"La guerra española y demás acontecimientos de 1936-37 hicieron inclinar la balanza, y a partir de allí supe a qué atenerme. Cada línea seria que he escrito desde 1936 ha sido directa o indirectamente contra el estalinismo y a favor del socialismo democrático tal y como yo lo entiendo" ("Por qué escribo", 1946).

"Uno de los efectos más deprimentes de esta guerra ha sido mostrar que la prensa de izquierdas es tan falsa y deshonesta como la de la derecha" ("Homenaje a Cataluña").

"En realidad, vi como la historia se escribía no en función de lo que había ocurrido sino de lo que debería haber ocurrido de acuerdo con "las varias líneas" del partido" ("Mirando hacia atrás en la Guerra Civil Española", 1942).

"El dirigente o alguna junta gobernante controla no solo el futuro sino el pasado. Si el dirigente dice que tal o cual acontecimiento "nunca ocurrió" pues es lo mismo que si efectivamente nunca hubiera ocurrido,  y si dice que dos y dos son cinco, pues bueno, serán cinco. Lo negro puede mañana ser blanco y el tiempo que hizo ayer puede cambiarse por decreto decreto". ("Rebelión en la Granja"). ¿Nos suena? 

"(...)casi todo lo que sugiere el adjetivo orwelliano resuena en lo que fue aquella experiencia formativa determinante (la Guerra Civil). ¿Dónde si no quedó sellado e inscrito en su cuerpo el compromiso antifascista del escritor combatiente con la bala que le atravesó el cuello? ¿Donde si no se vio obligado a hacer un curso intensivo sobre los mecanismos del estalinismo y a tener que huir literalmente de su propio bando convertido ya en un antiestalinista precoz? ¿Dónde si no aprendió a reconocer que el monstruo tiene más de una cara? ¿Dónde si no vio con que impune facilidad se podía convertir un líder respetado como Andreu Nin en un vaporizado, una no persona en la nueva lengua de "1984"? (Miguel Berga).

Termino con las palabras del propio Orwell  escritas en una reseña biográfica de 1940:

"Lo que vi en España, y lo que he visto desde entonces del funcionamiento interno de los partidos de izquierda, me ha dado horror por la política...De sentimiento soy definitivamente de izquierdas, pero creo que un escritor únicamente puede permanecer íntegro si se mantiene al margen de etiquetas políticas." Sabias palabras. 

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