A Volapié

Argentina, no hay duros a peseta

La lectura del reciente e interesante artículo “Argentina, otra vez en crisis” de María Ruth Agnoli me ha llevado a escribir estas líneas pues a veces el árbol no nos deja ver el bosque. El título es engañoso porque Argentina lleva muchos años en crisis como consecuencia de las fallidas políticas peronistas. A pesar de la dantesca herencia recibida por Milei, los datos nos permiten afirmar objetivamente que la situación macro y microeconómica es hoy notablemente mejor que la de finales de 2023.

No se puede pretender que un nuevo gobierno arregle en dos años todo lo que el estatismo radical ha destruido a lo largo de tres cuartos de siglo. Como es lógico, pasar de una situación de déficit público crónico financiado con impresión de moneda a una situación de superávit y de inflación controlada no se puede hacer sin recortar el gasto público. 

Pretender gastar lo que no se tiene imprimiendo dinero fake mediante la monetización de deuda es la mejor forma de apuñalar en la espalda al pueblo, a la gente humilde y a los pobres y pensionistas. Esta es la causa de la tremenda inflación que ha generado millones de pobres con trabajo. 

La eliminación de ministerios era inevitable visto el desfase enorme entre ingresos y gastos públicos que dejó el Kirchnerismo. Si los ministerios señalados no deberían haberse cerrado entonces nos tienen que decir cuales otros hay que cerrar, sabiendo que no hay manera de que todos sigan funcionando. 

El tema de las pensiones es desde luego un asunto capital. Aunque la inflación está cayendo a un elevado ritmo, lo que hace que millones de argentinos del sector privado estén ganando poder adquisitivo, es cierto que el recorte del gasto público impacta negativamente en ciertos colectivos, entre ellos el de los jubilados. 

La realidad es que el sistema de pensiones de reparto argentino es inviable, como el español, y cuanto antes se acepte mejor será para todos. Esto es el fruto del envejecimiento de la población, de la falta de hijos, de un sistema demasiado generoso (en Argentina solo 30 años son necesarios para cobrar la pensión, y son muchas las excepciones a esta regla), de un fraude gigantesco favorecido por el kirchnerismo para cautivar votos, y también de la falta de ingresos fiscales como consecuencia de una economía empobrecida por el abuso estatal y la falta de libertad económica. 

Mientras que muchos de los países de primera división están introduciendo fórmulas de capitalización porque saben que el sistema de reparto se ha tornado inviable, hace unos años el socialismo argentino decidió atropellar los derechos de los trabajadores y confiscarles sus planes de pensiones privados. Han hecho todo lo posible para hundir el sistema de pensiones inflando los gastos y dañando el flujo de ingresos, además de robar los planes privados, y ahora algunos se quejan de los inevitables recortes. Me parece inaudito.

Las 200.000 pensiones eliminadas no lo han sido por motivos arbitrarios sino bien fundados, principalmente el fraude. En muchos casos se trata de pensiones de incapacidad concedidas a gente que no está incapacitada, así como otros tipos de fraudes y abusos, todo con el fin de captar  enormes bolsas de votos en favor del Kirchnerismo. 

El primer semestre de 2024 trajo una lógica contracción de la economía, del orden del 5% del PIB, pero desde entonces Argentina está creciendo entre el 4 y 5% en base anual. BBVA Research estima un 4,5% para 2025 y un 3% para 2026. Por lo tanto, con Milei la economía se expande. 

En cuanto a la inflación, se ha pasado del 211% que el gobierno kirchnerista generó en 2023 al 118% en 2024, y BBVA Research estima un 30% para el 2025 y un 14% para 2026. Podrán haber subido mucho los combustibles y los medicamentos, sin embargo, el coste real de la cesta de la compra está aumentando mucho menos que con el gobierno de Alberto Fernández. Millones de argentinos, principalmente del sector privado, el más amplio, están recuperando capacidad adquisitiva debido al derrumbe de la inflación. Gracias a esto la tasa de pobreza está disminuyendo a gran velocidad.

Llama la atención que se diga que la deuda pública está creciendo cuando ya no hay déficit público. 

Según datos de la Secretaría de Finanzas del gobierno argentino, Aurum Valores e INFOBAE la deuda estatal total neta (incluyendo la deuda remunerada del banco central) disminuyó en USD 40,2 millardos entre noviembre de 2023 y junio de 2025 (-47 millardos en pesos y +7 millardos en USD).

En 2023 la deuda pública representaba el 157% del PIB. Según BBVA Research este cociente disminuyó al 83% en 2024 y se estima un 81% en 2025 y un 75% en 2026. No es verdad por lo tanto que crezca la deuda con Milei, sino todo lo contrario. El socialismo argentino nunca se ha preocupado por el endeudamiento y ahora que manda Milei resulta que les quita el sueño. 

El préstamo de USD 20 millardos concedido al FMI tiene como objeto fortalecer las reservas del banco central que el gobierno anterior había dejado en una situación de quiebra, es por lo tanto un endeudamiento necesario. También se han tomado USD 22 millardos con el Banco Mundial y otros organismos internacionales con el fin de refinanciar a medio y largo plazo vencimientos de deuda a corto, en suma, para mejorar el calendario de pagos de la deuda. Esto no es deuda adicional sino deuda que sustituye a deuda ya existente.

El consumo privado está creciendo. BBVA Research estima una mejora del 7,1% y del 1,6% para 2025 y 2026 respectivamente. Incluso el consumo público se está estabilizando, -0,2% estimado para 2025 y +1,4% para 2026.  

Tampoco es exacto que la actividad industrial se haya reducido. Según datos del BBVA y de INDEC la industria manufacturera ha crecido cerca del 10% entre diciembre de 2023 y julio de 2025. Es más, BBVA Research confirma que todos los sectores están en positivo salvo el sector público y el de hoteles y restaurantes que se contraen, aunque moderadamente. 

Muchos sueñan con una Argentina más libre y más próspera y eso pasa inevitablemente por menos estatismo, menos gasto público, menos intervencionismo, más superávit fiscal, y mucha mayor libertad económica. Por lo tanto Milei va en la buena dirección, lo que no quita que nada es perfecto y que todo proceso de saneamiento tiene costes, no hay nada gratis en la vida. 

No solo se está desplomando la inflación, el mayor impuesto que pagan los pobres, también el número de pobres e indigentes ha disminuido en diez puntos porcentuales en menos de dos años. Y sin embargo los progresistas no dicen nada de todo esto. 

Sin duda lo que asusta a millones de sufridos argentinos es que caiga Milei y el socialismo peronista vuelva al poder. Tan cierto es esto que tras el batacazo del partido del presidente en las elecciones de Buenos Aires tanto la bolsa, como los bonos y el peso se hundieron. Afortunadamente estas turbulencias han remitido en gran medida tras la reciente y notable victoria electoral de la Libertad Avanza. 

La mayoría no quiere volver atrás, esta es la realidad de hoy. Volver al peronismo empobrecedor de siempre, es poner a la Argentina en el camino de la Venezuela de Maduro, país en el que el 80% de los ciudadanos son pobres.