Miles de policías nacionales y guardias civiles se han concentrado este sábado en la plaza de Callao, en el centro de Madrid, para exigir al Gobierno de Pedro Sánchez y al ministro del Interior mejoras urgentes en sus condiciones laborales. La protesta, convocada por asociaciones profesionales, ha reunido a agentes llegados de distintos puntos del país que denuncian años de precariedad, desigualdades salariales y falta de recursos.
Los manifestantes reclaman más medios materiales y humanos, así como mayor protección ante los continuos ataques que, aseguran, sufren en el ejercicio de su labor. Una de las demandas centrales es que su trabajo sea reconocido oficialmente como profesión de alto riesgo, tal y como ya ocurre con los Mossos d'Esquadra en Cataluña y la Ertzaintza en el País Vasco.
Este reconocimiento tendría un impacto directo en sus condiciones de jubilación, algo que los agentes consideran fundamental. “A la hora de la jubilación, no es lo mismo jubilarte como guardia civil que como policía municipal”, señalaba uno de los participantes, subrayando las claras diferencias en beneficios y derechos.
Otro de los manifestantes defendía la necesidad del reconocimiento de riesgo: “Somos los primeros que acudimos a muchas llamadas y es importante que nos reconozcan la profesión de riesgo”. Para los agentes, la equiparación no es solo económica, sino también un asunto de justicia laboral: “a igual trabajo, igual sueldo”.
Las asociaciones recuerdan que estas reivindicaciones llevan más de una década sobre la mesa, pero aseguran que ha llegado el momento de convertirlas en medidas concretas. Reclaman al Ministerio del Interior una negociación real y efectiva que garantice igualdad con otros cuerpos autonómicos y ponga fin a lo que consideran un trato desigual.
La concentración de Callao es, según las asociaciones convocantes, “solo un paso más” en una campaña que continuará si no hay avances. Por ahora, los agentes insisten en que seguirán movilizándose “hasta que se cumplan sus demandas”.
