España incrementa de forma significativa su endeudamiento en el primer tramo del año. Según datos oficiales del Tesoro Público, la Administración General del Estado ha emitido 64.160 millones de euros en nueva deuda pública entre enero y mayo de 2025. Esto supone una media mensual de 12.800 millones de euros, frente a los 4.900 millones registrados en 2024, lo que representa un aumento del 261 % en el ritmo de emisión de deuda.
Este incremento marca un giro en la evolución del endeudamiento del Estado, justo en un año marcado por la moderación del crecimiento económico, el endurecimiento de las condiciones de financiación por parte del Banco Central Europeo (BCE) y las tensiones presupuestarias asociadas a los compromisos de gasto social y a la devolución de fondos europeos.
¿Por qué crece tan rápido la deuda?
Los expertos apuntan a varios factores que explican este salto en la emisión de deuda:
- Aumento del gasto público en políticas sociales, pensiones, defensa y transición ecológica.
- Menor recaudación fiscal en algunos tramos, a pesar del buen comportamiento del empleo.
- Costes de financiación más elevados, que encarecen el servicio de la deuda existente.
- Necesidades de refinanciación de vencimientos anteriores acumulados en años de pandemia y crisis energética.
Según fuentes del Tesoro, una parte significativa de la nueva emisión se destina a cubrir compromisos previos y refinanciar deuda antigua, aunque también se reconocen nuevas necesidades presupuestarias derivadas del contexto político y económico.
Impacto para la economía española
El fuerte aumento en la emisión de deuda no implica necesariamente un riesgo inmediato de impago, pero sí plantea retos importantes en términos de sostenibilidad fiscal. A medida que se incrementan los intereses y se eleva el stock de deuda pública, las agencias de calificación y los mercados financieros podrían exigir mayores garantías de solvencia a medio plazo.
Economistas como Daniel Lacalle y Raymond Torres han advertido recientemente sobre la necesidad de reequilibrar las cuentas públicas para evitar un efecto dominó que afecte a la inversión, la estabilidad del euro y la capacidad del Estado para maniobrar en caso de futuras crisis.
¿Cómo afectará al ciudadano?
Aunque el endeudamiento del Estado no repercute de forma inmediata en los bolsillos de los ciudadanos, sus efectos pueden sentirse en distintos frentes:
- Menor margen para aplicar rebajas fiscales o nuevos estímulos económicos.
- Posible contención del gasto social o inversión pública si se endurecen las reglas fiscales europeas.
- Riesgo de subidas de impuestos a medio plazo si no se frena el déficit estructural.
Desde el Gobierno se insiste en que el aumento de deuda está bajo control y que la economía española sigue mostrando “una evolución positiva” en empleo y actividad. Sin embargo, los datos del primer semestre refuerzan el debate sobre cómo garantizar la estabilidad presupuestaria sin comprometer el crecimiento económico.
