Daniel Migueláñez, Premio Internacional de Teatro “Esquilo” 2025 por El círculo de hierro

El dramaturgo, actor y director Daniel Migueláñez (Ávila, 1995) ha sido distinguido con el Premio Internacional de Teatro “Esquilo” 2025, un reconocimiento impulsado por el Grupo Editorial Sial Pigmalión con motivo del vigésimo cuarto aniversario de su fundación.
Daniel Migueláñez
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El premio celebra cada año a autores teatrales de todo el mundo cuyas obras destaquen por su aportación al género, reivindicando la figura de Esquilo, considerado el primer gran representante de la tragedia griega.

En esta edición, el jurado —compuesto por reconocidos académicos, dramaturgos y especialistas en artes escénicas— ha concedido el galardón por unanimidad a Migueláñez por su obra El círculo de hierro. Sobre la vida y obra de Gustavo Adolfo Bécquer.

Un jurado de prestigio para un premio consolidado

El jurado estuvo presidido por Francisco Gutiérrez Carbajo y formado por una amplia nómina de expertos como Ana Isabel Ballesteros Dorado, Asunción Bernárdez Rodal, Luis Alberto de Cuenca, Verena Frischle, Javier Huerta Calvo, José Manuel Lucía Megías, Alicia Mariño Espuelas, José María Paz Gago, Basilio Rodríguez Cañada o Pedro Víllora, entre otros.

A lo largo de sus ediciones, el premio ha recaído en nombres tan destacados como Antonio Prieto, Javier García-Mauriño, Luis Alberto de Cuenca, Pedro Víllora o Alicia Mariño Espuelas, consolidándose como uno de los reconocimientos literarios más relevantes del teatro en español.

Premio Internacional de Teatro “Esquilo” 2025
Premio Internacional de Teatro “Esquilo” 2025

Daniel Migueláñez: una trayectoria marcada por la interpretación y la investigación

Migueláñez, actor, director y escritor, posee una sólida formación académica. Estudió Filología Hispánica y se especializó en el Máster de Teatro y Artes Escénicas por la Universidad Complutense de Madrid. Entre 2018 y 2021 formó parte del Instituto de Lengua, Literatura y Antropología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Actualmente combina su labor como intérprete con la docencia, ejerciendo como profesor de Artes Escénicas en la Universidad Complutense de Madrid y la University of Southern California (EE. UU.). También es miembro del Instituto del Teatro de Madrid y de la Academia de las Artes Escénicas de España.

A lo largo de su carrera ha participado en más de una treintena de montajes teatrales, desde su temprana interpretación en El Lazarillo de Tormes hasta su participación en obras como Tebanas, Romeo & Julieta, Nerón, El enfermo imaginario o Los enredos de Scapin, así como montajes estrenados en festivales internacionales como Mérida o Edimburgo.

El círculo de hierro: un viaje poético al universo íntimo de Bécquer

La obra premiada propone un diálogo escénico entre Gustavo Adolfo Bécquer y su hermano Valeriano, transitando por los temas esenciales del Romanticismo: la emoción como legado eterno, el miedo al olvido, la belleza efímera y la búsqueda de sentido a través del arte.

En el texto, Gustavo encarna la pulsión poética, mientras que Valeriano aporta la mirada anclada al mundo visible, al trazo y a la materia. Entre ambos emerge una reflexión contemporánea: ¿Qué puede decirnos hoy Bécquer en una época saturada de ruido y estímulos?

La obra indaga en la tensión entre lo sensorial y lo espiritual, y plantea cuestiones de gran calado emocional:

  • ¿Puede el arte servir de refugio?
  • ¿Cómo se transmite la emoción entre generaciones?
  • ¿Es la creación artística un “círculo de hierro” que protege la intimidad del creador?

Una puesta en escena que reivindica el Romanticismo español

El círculo de hierro no solo retrata al Bécquer más humano, vulnerable y apasionado, sino que además lo reactualiza, situándolo frente a un espectador contemporáneo al que interpela desde la emoción y la memoria. La obra incorpora elementos simbólicos —como la figura onírica de la Dama, a medio camino entre lo amoroso y lo mortuorio— y un equilibrio entre palabra, música e imagen que amplía el universo poético del poeta sevillano.

La presencia de Valeriano añade una dimensión pictórica que refuerza el diálogo entre artes, mientras que el tono ritual de la puesta en escena recupera la esencia del Romanticismo español, reivindicando su vigencia estética y simbólica.